Freight train in Iran. Photo: Flickr

El corredor ITI asumirá servicios como parte de la Nueva Ruta de la Seda

Turquía, Irán y Pakistán quieren reactivar este año los servicios del tren Estambul-Teherán-Islamabad. Pakistán quiere conectar esta línea con la red Belt and Road de China a través de la línea ferroviaria ML-1 de Pakistán, el mayor componente del corredor económico China-Pakistán (CPEC). A pesar de su potencial, la realización de este proyecto aún se enfrenta a algunos obstáculos infraestructurales y financieros.

El corredor Estambul-Teherán-Islamabad, o ITI, se puso en marcha en 2009 en el marco de la Organización de Cooperación Económica (ECO), una organización intergubernamental política y económica asiática. Se realizaron varios viajes de prueba, pero desde entonces no se ha convertido en un servicio regular estable. Hace un año, los rumores sobre la reanudación del servicio fueron noticia, pero se quedaron en teoría.

¿Qué ha cambiado esta vez?

Covid-19 y el desarrollo de las conexiones ferroviarias en Turquía e Irán parecen haber reavivado el interés de China por el corredor transnacional ITI. Más concretamente, China está considerando el ITI como una alternativa a otras rutas de la Nueva Ruta de la Seda que podrían presentar congestiones. Además, China es consciente de que puede resultar bastante rentable debido a sus tiempos de tránsito relativamente rápidos. En concreto, el tren puede recorrer 6.5000 kilómetros en 11,5 días.

Mapa del corredor ITI

Turquía-China

Tanto Turquía como China reconocen los beneficios mutuos que podrían obtener de la explotación de este servicio. Los dos países ya se conectan con frecuencia a través del servicio de tren de contenedores que circula entre Estambul y Xi’an. Esta conexión utiliza el Corredor Central y funciona como enlace adicional entre la UE y China. Turquía está ganando cada vez más atención como centro de transporte entre Occidente y Oriente y parece dispuesta a ampliar sus conexiones y explorar nuevas rutas. Por su parte, China reconoce la importancia de Turquía y comparte su visión de ampliar las rutas ferroviarias entre ambos países.

Irán

El papel de Irán en la ecuación es similar. El país de Oriente Medio ha puesto en marcha recientemente un nuevo enlace ferroviario con Afganistán (diciembre de 2020) y se encuentra inmerso en un programa para ampliar su red ferroviaria y aumentar la cuota del ferrocarril en el transporte de mercancías. Actualmente se están construyendo más de 1.600 kilómetros de ruta en el país, que ya se encuentra entre los destinos de transbordo más importantes de la Nueva Ruta de la Seda. Al mismo tiempo, hay planes para conectar por ferrocarril los puertos del país en el Golfo con el interior y los destinos internacionales.

En general, Irán parece decidido a desempeñar un papel central en el transporte asiático y lo demuestra con los proyectos bien calculados que emprende. Por consiguiente, reactivar el servicio de tren de contenedores ITI sería más que beneficioso para hacer realidad sus objetivos de conectividad y reforzar su relación con China.

Posibles obstáculos

El único problema que desafía al tren ITI para volver a ponerse en marcha es la parte final y más débil de la ecuación: Pakistán. El proyecto ferroviario ML-1 sigue inacabado y sin él es imposible la circulación de trenes a través de la provincia pakistaní de Baluchistán. Las infraestructuras de esta región no pueden soportar los mismos trenes que en Turquía e Irán. Las vías tienen más de un siglo y las condiciones naturales no facilitan la situación, ya que las dunas de arena las cubren en muchas partes. Es fundamental que se finalice el proyecto ML-1 para conectar la ITI con la BRI, ya que esta conexión parece ser el requisito previo para la reapertura de la línea.

Sin embargo, aquí es donde la situación se complica. A pesar del interés geopolítico de China en el corredor, no está dispuesta a asumir todos los gastos de la conclusión de las obras de su parte final. Desde la perspectiva de China, los otros tres países también se beneficiarán significativamente de la reanudación de los servicios. Por ello, pide a Pakistán que encuentre fondos externos para reconstruir el ML-1. En caso de que esto no ocurra, Turquía e Irán también deberían contribuir, ya que China los considera jugadores iguales en el mismo juego.

En consecuencia, la reapertura del ferrocarril ITI no va a ser tan sencilla como se cree. Por el contrario, constituye un juego de poder que implica principalmente decisiones políticas. Lo que queda por ver ahora es si Turquía e Irán decidirán ponerse al frente, o si Pakistán logrará completar el ML-1 con financiación externa distinta de la china. A menos que alguno de estos escenarios se haga realidad, la ITI seguirá siendo una cuestión teórica sin respuestas.

Este artículo ha sido traducido automáticamente del original en inglés al español.

Autor/a Nikos Papatolios

Fuente: RailFreight.com