La negociación colectiva salarial entre PP y sindicatos se tuerce pronto

Ha comenzado la negociación salarial colectiva entre los sindicatos ferroviarios alemanes y la patronal. Sin embargo, la primera ronda de negociaciones no ha sido muy constructiva. Deutsche Bahn y la asociación de transportistas EVG no han podido encontrar un terreno común en relación con el aumento salarial solicitado y ya están «afilando los cuchillos» para unas conversaciones más intensas.

Las conversaciones entre DB y EVG comenzaron el martes 28 de febrero y constarán de cuatro rondas de negociación. EVG, que representa a la mayoría del sector alemán del transporte, incluidos los ferroviarios, ha fijado una petición concreta para que las conversaciones lleguen a buen puerto: 650 euros de subida salarial para todos los empleados o un aumento del 12% en 12 meses para «evitar situaciones similares a las del Reino Unido», por ejemplo, huelgas masivas y escasez de personal.

Dado que DB no está dispuesta a aceptar el ultimátum de aumento salarial y a poner una oferta sobre el papel, al menos de momento, la primera ronda de conversaciones fracasó al ser interrumpida por EVG. Como resultado, el ambiente entre las dos partes se intensificó, acusándose mutuamente. «Necesitamos negociaciones serias», dijo DB, y EVG afirmó que «DB se mostró provocadora y poco dispuesta a entablar un diálogo constructivo».

Por qué el ultimátum salarial

Según EVG, los trabajadores del transporte no cobran lo suficiente para hacer frente al aumento de los costes del mercado, tanto de la energía como de las necesidades básicas diarias. Antes de que comenzaran las conversaciones con DB, los negociadores de la asociación, Cosima Ingenschay y Kristian Loroch, advirtieron que los empresarios debían evitar explicar a EVG «lo mal que le va a su empresa y por qué no pueden satisfacer las demandas». Además, mencionaron que «cualquiera que piense que no tiene que tratar seriamente las demandas provocará las reacciones correspondientes».

EVG se mostró muy tajante sobre las prioridades que pueden tener las empresas patronales como DB. «Financieramente, son nuestros colegas los que están en mala situación. Quien quiera invertir en el futuro de su empresa, debe invertir ante todo en sus empleados», afirmó la asociación. Al mismo tiempo, Loroch subrayó que tanto él como sus colegas esperan que las empresas estén a la altura de las expectativas y no pongan en peligro el futuro del ferrocarril desanimando a la gente a trabajar en el ferrocarril.

Primer contacto poco amistoso

EVG estaba decidida a mantenerse firme y a no retirar sus peticiones iniciales. Sin embargo, DB estaba igualmente decidida a no acatar la petición de EVG. En consecuencia, la primera ronda de negociaciones fracasó. Loroch dijo que «en lugar de entablar un diálogo constructivo, DB hizo numerosas contraexigencias sin hacer una oferta real». Además, señaló que DB intenta crear discordia entre los trabajadores del transporte de mercancías por autobús y ferrocarril y romper su solidaridad.

Por otro lado, el director de RRHH de DB, Martin Seiler, declaró que EVG intensificó innecesariamente las conversaciones en una fase muy temprana de la negociación. También comentó que los requisitos previos de EVG ya habían comprometido el diálogo constructivo y que su empresa está «muy irritada» por la postura de la asociación. Continuó diciendo que las exigencias de EVG son muy complejas y costosas y que es imposible que las cosas funcionen así.

«El mínimo exigido de 650 euros se aplicaría al 90% de la plantilla de DB. Dependiendo del salario, esto correspondería a un aumento salarial de bastante más del 30%», añadió Seiler, que también pidió a EVG que negociara seriamente y «encontrara soluciones en la mesa de negociaciones». El último comentario de Seiler recuerda ligeramente al verano de 2021, cuando DB y la asociación GDL se vieron inmersos en un conflicto que se saldó con huelgas y numerosos trenes cancelados. En aquel entonces, Seiler llamó a GDL en múltiples ocasiones para volver a la mesa de negociaciones con propuestas serias, pero no evitó las huelgas. ¿Se repetirá la historia esta vez?