Train on the Silk Road

¿La salida de la Ruta de la Seda se debe al Brexit británico?

No pasa una semana sin que Europa anuncie avances en la Ruta de la Seda. ¿Dónde están, sin embargo, los anuncios del Reino Unido? Dejando a un lado el pequeño asunto de la pandemia, las relaciones británicas con la Ruta de la Seda no parecen muy buenas en estos momentos. Ya sea por el Brexit, la supresión del comercio mundial, los problemas de la cadena de suministro o el clima político, Gran Bretaña parece estar quedando fuera del panorama terrestre, abierto con tanto entusiasmo hace casi exactamente cuatro años.

Con la agenda del cambio climático directamente sobre la mesa, había grandes esperanzas de que Gran Bretaña viera por fin el tipo de compromiso que los optimistas han esperado durante tanto tiempo del comercio de la Ruta de la Seda. Sin embargo, mientras los contenedores han seguido amontonándose en los muelles, se ha añadido muy poco a los manifiestos que atraviesan el túnel del Canal de la Mancha. Con la Cumbre Europea de la Ruta de la Seda que se celebra esta semana en Ámsterdam, existe el peligro real de que se pierda la voz británica y se margine el compromiso del Reino Unido con las rutas de la Ruta de la Seda.

El comercio terrestre no consigue mojarse los pies

Parece que ha pasado mucho tiempo desde aquella fría mañana de enero de 2017, cuando Yiwu se conectó con Barking, en Londres, con el primer tren de la Nueva Ruta de la Seda que llegó al Reino Unido desde China. Desde entonces, parece que casi toda la expectación no ha logrado hacer la corta travesía marítima desde Hamburgo, Rotterdam o Amberes. El desarrollo del comercio terrestre no ha conseguido mojarse los pies en las frías aguas del Mar del Norte.

Eurotunnel
Los servicios de lanzadera han resistido bien según los operadores, pero ha habido pocas noticias sobre trenes directos a través del Túnel al Reino Unido (Imagen Getlink)

De la misma manera que no se materializaron los gigantescos atascos de camiones en Kent, tampoco se ha producido mucho tráfico ferroviario nuevo a través del túnel bajo el Canal de la Mancha. Mientras que los operadores de los servicios de lanzadera del túnel han estado hablando de buenas cifras de recuperación, ha habido un silencio ensordecedor desde el lado británico del enlace. No se puede ignorar el Brexit, pero ¿es esa la única razón por la que Gran Bretaña se está desenamorando del comercio terrestre?

La ruta de la UE, un reto administrativo

La quinta Cumbre Europea de la Ruta de la Seda, que se celebra esta semana en Ámsterdam y en línea, sitúa los retos europeos en el centro de la agenda. La presencia del Reino Unido en este debate dependerá en gran medida del entusiasmo de la industria británica. El problema, expresado a menudo por los intereses británicos, es el quebradero de cabeza administrativo que supondrá comerciar con el continente europeo tras el Brexit. A pesar de que las rutas de la Ruta de la Seda se encuentran casi totalmente fuera de la UE, la preocupación es que incluso el envío o la recepción de mercancías a través de la UE representa un reto administrativo demasiado grande, en comparación con las rutas marítimas directas pero más lentas.

Mucho tráfico a través de los puertos británicos, lo que aumenta la demanda de transporte ferroviario intermodal nacional desde lugares como Liverpool (PD Ports)

No hay escasez de comercio internacional con el Reino Unido. Cualquiera que trabaje en el sector del transporte de mercancías por ferrocarril puede dar fe de la demanda de carga de los puertos de todo el país. Felixstowe, por supuesto, acapara muchos titulares, ya que el puerto de Suffolk es la instalación intermodal más transitada del Reino Unido, pero Southampton, Liverpool, Londres y otros están recibiendo más envíos y gestionando más comercio ferroviario.

Hacer oír la voz británica

Existe la sensación de que las relaciones británicas con China son un factor, y es el clima político, más que cualquier otro sabor a cambio, lo que desanima el entusiasmo. Sin embargo, como se debatirá en la Cumbre de la Ruta de la Seda, la apertura de rutas intermedias permitiría al Reino Unido comerciar directamente con mercados históricos de Oriente Medio, India y el Sudeste Asiático. El grado de practicidad es otro debate, pero el trayecto de Manchester a Bombay, por ejemplo, podría ser el tipo de flujo futuro que tiene más sentido por ferrocarril, y resulta atractivo para la agenda comercial del gobierno británico.

De momento, los contenedores siguen amontonándose en los puertos y el papeleo para cruzar el Canal de la Mancha se acumula en las mesas de los operadores logísticos de todo el Reino Unido. El optimismo en torno a aquella llegada de la Ruta de la Seda a Barking allá por 2017 puede que ahora sea tan frío como el tiempo que hacía aquella gélida mañana. ¿Es el Brexit responsable de la salida del Reino Unido de la Ruta de la Seda? Esa es una pregunta que seguramente se formulará en Ámsterdam esta semana. Queda por ver si Gran Bretaña tiene una respuesta.

La asistencia física a la Cumbre Europea de la Ruta de la Seda está completa, pero aún quedan entradas interactivas en línea. Se informará de las principales sesiones en un blog en directo aquí en Railfreight.com.

Este artículo ha sido traducido automáticamente del original en inglés al español.

Autor/a Simon Walton

Fuente: RailFreight.com