La nueva normativa de la UE abre la puerta a los combustibles alternativos en el ferrocarril

El Reglamento sobre Infraestructuras para los Combustibles Alternativos (AFIR) incluye ahora el ferrocarril en su ámbito de aplicación, un elemento clave que faltaba y que no estaba previsto en la propuesta de la Comisión Europea. Esto animará a los Estados miembros de la UE a considerar el despliegue de infraestructuras de combustibles alternativos en la red ferroviaria y, por lo tanto, a seguir contribuyendo a la consecución de los objetivos del Pacto Verde de la UE.

En la actualidad, el 80% de los trenes-kilómetro funcionan con energía eléctrica, una parte cada vez mayor de la cual procede de fuentes renovables, aunque sólo el 54% de la red ferroviaria europea está electrificada.

Teniendo en cuenta el ciclo de vida relativamente largo del sistema ferroviario -por ejemplo, varias décadas para el material rodante ferroviario-, sería útil adoptar medidas de descarbonización complementarias a la electrificación. Estas medidas apoyarían el despliegue de infraestructuras de combustibles alternativos para el ferrocarril y estarían en consonancia con el objetivo de neutralidad climática de la UE para 2050, comentaron la Industria Europea de Suministro Ferroviario (UNIFE) y la Comunidad de Empresas Ferroviarias y de Infraestructuras Europeas (CER).

Un deseo largamente acariciado

De hecho, la industria ferroviaria europea lleva varios años trabajando para desarrollar y comercializar soluciones basadas en combustibles alternativos, como trenes alimentados por baterías y aplicaciones de hidrógeno, con el fin de eliminar gradualmente los trenes diésel. El despliegue en curso de esas soluciones de combustibles alternativos en el sector ferroviario es ya una realidad en varios países europeos y se prevé que aumente aún más en los próximos años.

En este contexto, la industria europea de suministro ferroviario, los operadores y los gestores de infraestructuras han acogido con satisfacción los notables esfuerzos realizados por la UE para permitir que el sector ferroviario europeo avance por la senda de la descarbonización total y lidere la transición ecológica de la movilidad en los próximos años. En este sentido, AFIR marca una oportunidad para establecer las bases para un despliegue progresivo de infraestructuras de combustibles alternativos para el ferrocarril, en particular para aquellas líneas que no pueden ser electrificadas, dijeron el CER y UNIFE en una declaración conjunta.

Principales logros

En concreto, la inclusión del ferrocarril en el ámbito de aplicación de AFIR da lugar a varias disposiciones relevantes relacionadas con el ferrocarril, explican las organizaciones con sede en Bruselas. En primer lugar, los Estados miembros podrán ahora evaluar el desarrollo de tecnologías de combustibles y sistemas de propulsión alternativos para los tramos ferroviarios que no puedan electrificarse totalmente por razones técnicas o de rentabilidad, como los trenes de hidrógeno o de baterías eléctricas y, si procede, las necesidades de infraestructuras de repostaje y recarga.

Los Estados miembros también tendrán que proporcionar una visión general para 2025, dentro de sus marcos de política nacional, de la situación, las perspectivas y las iniciativas previstas para el despliegue de infraestructuras, incluidos los objetivos, los hitos clave y la financiación necesaria para los trenes eléctricos de hidrógeno o de batería en los tramos de la red que no puedan electrificarse.

Tarea nacional

Igualmente importante es que la Comisión Europea pueda emitir recomendaciones sobre los marcos políticos nacionales en relación con el nivel de ambición de las metas y objetivos y las medidas políticas relacionadas con ellos.
Por tanto, AFIR establece un marco normativo adecuado para sostener las inversiones realizadas tanto por los proveedores ferroviarios como por los operadores y administradores de infraestructuras en alternativas innovadoras al gasóleo, facilitando el liderazgo tecnológico europeo en este ámbito, sostienen UNIFE y CER.

«Las empresas ferroviarias y de infraestructuras europeas esperan con interés los planes nacionales de despliegue de combustibles alternativos en el ferrocarril. A corto plazo, sin embargo, los costes de explotación del ferrocarril y, en particular, los costes de la electricidad deben evaluarse cuidadosamente, y en la situación actual se necesitan medidas de apoyo para garantizar que la competitividad intermodal del ferrocarril no se vea obstaculizada y que se evite un cambio a la tracción diesel», comentó Alberto Mazzola, Director Ejecutivo del CER.

Este artículo ha sido traducido automáticamente del original en inglés al español.

Autor/a Majorie van Leijen

Fuente: RailFreight.com