El bucle de Tehachapi del siglo XIX, donde los trenes pueden cruzarse
Construido en 1876, el bucle de Tehachapi, de 1,17 kilómetros, es un punto de atracción para los aficionados al ferrocarril. Es comprensible, ya que la subida ferroviaria californiana es probablemente uno de los pocos lugares del mundo donde se puede ver pasar trenes por encima de sí mismos.
Para observar ese acontecimiento, un tren que pasa tiene que ser bastante largo. Con 1.200 metros, la longitud mínima es superior a cualquier longitud vista en un tren en Europa, donde aún se está intentando habilitar universalmente trenes de 740 metros.
El bucle de Tehachapi permite a los trenes subir 23 metros para atravesar sin problemas el accidentado paisaje. Fue construido por la antigua Southern Pacific Railroad, que empleó a chinos estadounidenses para realizar el duro trabajo con sólo herramientas básicas. En aquella época, era habitual que los emigrantes chinos trabajaran en la industria ferroviaria tras el fin de la fiebre del oro en California.
Vídeo: Telegrama. © police_frequency