Close up of derailed and burned-out tank wagons

El legado de Llangennech: consecuencias mundiales del descarrilamiento en el Reino Unido

El informe final sobre un descarrilamiento ocurrido en Gales en el verano de 2020 tendrá repercusiones para todo el sector del transporte de mercancías por ferrocarril. La British Rail Accident Investigation Branch (RAIB) ha llegado a la conclusión de que los factores responsables del accidente e incendio de un tren petrolero en Llangennech, en el sur de Gales, en agosto de 2020, encierran lecciones para la fabricación y las operaciones en todo el mundo. La RAIB ha dado a conocer sus conclusiones en su informe final, que acaba de publicarse.

La Oficina de Investigación de Accidentes Ferroviarios del Reino Unido (RAIB), organismo independiente responsable de la supervisión de la seguridad en la explotación ferroviaria, ha formulado una serie de nueve recomendaciones, basadas en sus detalladas conclusiones, cuya elaboración ha llevado casi un año y medio. Estas recomendaciones incluyen una revisión de las medidas adoptadas por el propietario de los vagones tras este accidente y otros anteriores, así como mejoras en los procesos de mantenimiento y revisión de los vagones implicados en el accidente.

Incendio nocturno y catástrofe medioambiental, pero sin víctimas mortales

Poco después de las once de la noche (23:04 horas) del 26 de agosto de 2020, el servicio de las 21:52 horas que transportaba petróleo a granel desde la terminal de Robeston (parte del complejo de Milford Haven, en la costa suroeste de Gales) a Theale, cerca de Reading, al oeste de Londres, transportando 25 vagones cisterna cargados, descarriló cerca de Llangennech, en Carmarthenshire, no lejos de la ciudad siderúrgica de Llanelli. El descarrilamiento y los consiguientes daños en los vagones provocaron un importante vertido de combustible y un gran incendio. El accidente de Llangennech del 26 de agosto de 2020 sigue siendo uno de los incidentes más importantes relacionados con el transporte de mercancías en la red ferroviaria británica, con implicaciones para la seguridad y el medio ambiente que durarán años.

Un extraordinario examen forense de imágenes de vigilancia a lo largo de la ruta del tren muestra pruebas que señalan la causa del accidente de Llangennech (RAIB)

El combustible derramado causó graves daños al medio ambiente en una zona que es a la vez un lugar de especial interés científico (SSSI) y una zona especial de conservación (SAC), incluidos los lechos de berberechos, marismas naturales y humedales. El espectacular incendio y el consiguiente incidente medioambiental se convirtieron en noticia de primera plana en el Reino Unido y se difundieron por todo el mundo.

Las ruedas bloqueadas chocaron contra los puntos y descarrilaron

El conductor, que resultó ileso, informó del accidente al señalero. El examen posterior del lugar descubrió que diez vagones (situados del tercero al duodécimo del tren) habían descarrilado y que se habían escapado unos 446.000 litros de combustible. El descarrilamiento se produjo porque un juego de ruedas del tercer vagón del tren dejó de girar durante el trayecto. El juego de ruedas se había bloqueado, probablemente a causa de un defecto en el sistema de frenado del tercer vagón, derivado de deficiencias en el diseño y mantenimiento de los componentes.

El deslizamiento de la rueda bloqueada a lo largo de la vía causó daños en el perfil de las bandas de rodadura. Esto hizo que las ruedas no pudieran sortear con seguridad el cruce de Morlais, cerca de Llangennech, dañando las puntas y provocando el descarrilamiento del tercer vagón. Los siguientes vagones descarrilaron en la vía dañada. Algunos de los vagones cisterna descarrilados se rompieron en el accidente y el combustible derramado se incendió.

Recomendaciones

La RAIB ha formulado nueve recomendaciones publicadas en su informe final. Entre ellas se incluyen implicaciones para las operaciones, el mantenimiento y la fabricación, que, según dicen, deben abordarse de forma global para evitar que se repita. El modo probable de fallo del sistema de frenado y las lecciones aprendidas de las pruebas de reconstrucción han llevado a recomendar al fabricante de algunos de los componentes del sistema de frenado que emprenda una revisión de su diseño. Se ha hecho una sugerencia a las organizaciones que llevan a cabo la vigilancia y certificación de las entidades encargadas del mantenimiento de los vehículos de transporte de mercancías por ferrocarril para que revisen sus procesos.

Se han formulado otras dos recomendaciones para mejorar la gestión del mantenimiento de los vagones en los ferrocarriles de Gran Bretaña y para revisar la tecnología y los sistemas utilizados para alertar a la tripulación de los trenes, a los señalizadores y a las oficinas de control ferroviario de los defectos de los vagones que puedan provocar un descarrilamiento. La recomendación final es revisar las disposiciones de supervisión reglamentaria de las entidades encargadas del mantenimiento y los organismos de certificación que no tienen su sede en el Reino Unido.

Resumen para el sector a escala internacional

«Los trenes que transportan mercancías peligrosas desempeñan un papel importante en la economía del Reino Unido», concluye el inspector jefe de accidentes ferroviarios, Simon French. «Los riesgos que presenta su explotación deben controlarse adecuadamente. Las consecuencias cuando las cosas van mal pueden ser desastrosas, como vimos en Llangennech en agosto de 2020. Afortunadamente, nadie resultó herido, pero hubo que evacuar a la gente de sus casas, y los daños, tanto al medio ambiente como a los medios de subsistencia de la población, tardarán años en repararse». El accidente también provocó el cierre de la línea ferroviaria durante más de seis meses.

«Dado que la RAIB lleva muchos años preocupada por la calidad del mantenimiento de los vagones de mercancías, acojo con satisfacción las medidas que ha tomado la ORR [la Oficina Gubernamental de Ferrocarriles y Carreteras] para reforzar su supervisión de las entidades encargadas del mantenimiento. De este modo se mejorará la visibilidad de la importante labor de los encargados del mantenimiento, tanto si tienen su sede en el Reino Unido como en la UE. Me ha sorprendido hasta qué punto el estado de seguridad de los vagones de mercancías depende fundamentalmente de que las personas dispongan de las herramientas y la formación necesarias para realizar un trabajo difícil, muy a menudo en condiciones de oscuridad, humedad y frío. Por ello, insto a los operadores y mantenedores de mercancías a que piensen detenidamente en las personas que realizan el trabajo práctico y en las cosas que podrían hacerse para desarrollar la capacidad de la mano de obra».

Este artículo ha sido traducido automáticamente del original en inglés al español.

Autor/a Simon Walton

Fuente: RailFreight.com