Restricciones a las mercancías peligrosas en el puerto de Rotterdam: «esto no debería durar meses

A principios de mes se cerró el emplazamiento de Waalhaven, en el puerto de Rotterdam, para actividades de maniobra con mercancías peligrosas. Un duro golpe para el transporte interior por ferrocarril, según el sector. «Hemos conseguido mantener las operaciones en marcha, pero no debería durar meses», puede resumirse la respuesta de las partes implicadas una semana después del cierre.

El motivo de la parada temporal fue una prueba del sistema de extinción de incendios del emplazamiento. Los resultados de la prueba fueron negativos: los bomberos y el equipo de prevención de incidentes del gestor de infraestructuras ProRail no pudieron realizar su trabajo correctamente, por lo que la estación de maniobras se consideró insegura. La maniobra de mercancías peligrosas tuvo que realizarse en otro lugar, y durante un periodo de tiempo más largo, según anunció el 13 de septiembre el gestor de infraestructuras ProRail.

Supervivencia

En los días siguientes se produjo una rápida respuesta de todas las partes implicadas. Las actividades de maniobra se han trasladado en su mayor parte a Kijfhoek, el mayor emplazamiento de los Países Bajos. «Por ahora esto nos funciona», dice Markus Bertram, Director General de LTE. Como transportista, su empresa tira de siete trenes semanales hacia o desde el emplazamiento en el puerto holandés. Estas operaciones han funcionado hasta ahora, pero a costa de mano de obra adicional y plazos de entrega más largos.

«Mientras que un cambio de locomotoras tarda una hora en Waalhaven, el proceso en Kijkhoek es distinto y lleva varias horas. Tuvimos que reprogramar toda la planificación. Tenemos cierta capacidad de reserva para gestionar situaciones de emergencia como ésta, pero no debería durar meses», comenta.

Con esta última observación se hace eco del sentir del sector. «Hemos gestionado la primera respuesta trabajando el doble para operar el mismo número de trenes. Pero a medio y largo plazo, esto afecta sin duda al transporte de mercancías por ferrocarril como modalidad», afirma Arnoud de Rade, Director Gerente de Rotterdam Rail Feeding.

Pérdida de confianza

Waalhaven es un astillero crucial para el transporte de contenedores, contenedores cisterna, remolques y cajas móviles que entran y salen del puerto y se envían a destinos como Venlo, Tilburg, Coevorden y Duisburg, pero también más lejos, a Poznan, Milán, Viena, Budapest y China. El ferrocarril desempeña un papel importante en este transporte interior, pero también compite ferozmente con la carretera.

«Precisamente por eso, un golpe así llega en mal momento», dice de Rade. «La demanda estaba aumentando, y estábamos dando pasos adelante con las nuevas medidas adoptadas para mejorar el ferrocarril como modalidad. Pero un suceso como éste corrobora la idea de los clientes de que el ferrocarril no es fiable como opción de transporte. Es un revés para nosotros, como sector, que intentamos generar confianza en el transporte de mercancías por ferrocarril.»

Pérdida de volumen

Según varias empresas, la tendencia ya ha comenzado. Los cargadores están dejando temporalmente de coger el tren para ir a Rotterdam, tienen mejores opciones. Y no se trata sólo del camión, explica de Rade. Los cargadores ya están trasladando sus envíos a otros puertos, como Amberes o Duisburgo. Los volúmenes ya se están esfumando».

«Este es el daño comercial del evento», dice Hans-Willem Vroon, director del grupo de interés RailGood. «Por supuesto, hay costes adicionales a corto plazo, lo cual ya es bastante malo. Pero a largo plazo, el impacto es el de un mini-Rastatt para el puerto de Rotterdam».

Nada inesperado

«No puedo entender cómo se ha llegado tan lejos», añade Bertram, jefe de LTE. Aunque el cese de las operaciones fue repentino, la prueba de extinción demostró lo que el sector venía reclamando desde hace más tiempo: el mantenimiento de las cruciales infraestructuras que rodean el puerto no está al día, explica.

«La línea del puerto requiere un mantenimiento serio a varios niveles. Esto se lleva señalando muchos años, pero aún así ha tenido que llegar hasta aquí. Es algo difícil de comprender para mí. La buena noticia es que ha supuesto una llamada de atención al más alto nivel».

Esfuerzo colectivo

Efectivamente, ProRail ha reconocido claramente el problema. Dos veces al día se celebra una conferencia telefónica entre el puerto, los transportistas y los operadores para identificar posibles retos. En Kijfhoek hay personal adicional supervisando la situación para responder adecuadamente a los problemas que puedan surgir. «Las operaciones de control de tráfico de ProRail en Kijkhoek son más fluidas que nunca», afirma Vroon.

La respuesta refleja la buena cooperación entre todas las partes interesadas. O como comentó John Voppen, director general adjunto de ProRail: «Los trenes de mercancías siguen circulando a pesar de las restricciones en Waalhaven Sur. Un esfuerzo notable gracias a la intensa coordinación que mantenemos desde hace un año con las terminales del puerto, para seguir adelante con la planificación logística en esta situación especial.»

Sin embargo, el impacto final del acontecimiento en el transporte ferroviario de mercancías al puerto de Rotterdam dependerá del tiempo. Bertram: «Necesitamos una solución lo antes posible. Esta semana ha sido de supervivencia. No podemos soportar semanas ni meses».

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Este artículo ha sido traducido automáticamente del original en inglés al español.

Autor/a Majorie van Leijen

Fuente: RailFreight.com