De China a Irán pasando por Kirguistán: ¿es real la conexión ferroviaria más rápida?
A pesar de todas las complejidades y tensiones, China no ceja en su empeño de establecer un nuevo ferrocarril de Xinjiang a Uzbekistán. Se espera que la futura línea discurra por el montañoso Kirguistán y conecte la ciudad china de Kashgar con el valle de Fergana, en Uzbekistán. A largo plazo, la ruta prevista podría proporcionar un enlace ferroviario más corto desde China hasta Irán, Turquía e incluso Europa. Pero para lograrlo, quedan muchos asuntos por resolver.
El proyecto del ferrocarril Xinjiang – Kirguistán – Uzbekistán tiene una larga historia. Se lleva debatiendo casi un cuarto de siglo, desde mediados de los años noventa. Hubo varios periodos en los que China parecía estar más cerca de lanzar el proyecto. En 2003, el Gobierno kirguís tenía la intención de iniciar el estudio de viabilidad. Más tarde, en 2011, las autoridades kirguisas incluso declararon el inicio de las obras de construcción, que debían estar terminadas en 2018.
Continuos aplazamientos
Sin embargo, ninguno de estos planes se ha cumplido. El proyecto se pospuso cada vez por diversas razones: tensiones políticas y cambio de gabinetes en Kirguistán, así como controversias técnicas o financieras del futuro ferrocarril.
No obstante, los funcionarios chinos siguen discutiendo el ferrocarril Xinjiang – Kirguistán – Uzbekistán con sus homólogos centroasiáticos. Este año, la cuestión figura en la agenda de las relaciones bilaterales China-Uzbekistán. El proyecto se ha debatido durante una reciente visita (a mediados de octubre) de una delegación china a Uzbekistán. Una vez más, los funcionarios chinos subrayaron la importancia del ferrocarril previsto para toda Asia Central y reafirmaron su voluntad de llevar a cabo el proyecto. ¿Por qué China está tan interesada en este ferrocarril?
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Desarrollo de Xinjiang
Para China, el proyecto es sumamente importante debido a varios factores. En primer lugar, estimulará el desarrollo económico de la Región Autónoma Uigur de Xinjiang. Esta región autónoma de China desempeña un papel significativo en el transporte de mercancías por ferrocarril en la Nueva Ruta de la Seda. La mayoría de los trenes de contenedores que van del centro, este y sur de China a Europa pasan por Xinjiang. Su capital, Urumqi, es también un importante nudo ferroviario en el corredor hacia Europa.
Kashgar, una de las ciudades más occidentales de China, podría ser otro nudo en Xinjiang. El gobierno chino está estudiando la construcción de dos líneas ferroviarias desde Kashgar: una hacia el oeste, a Kirguistán y Uzbekistán, y otra hacia el sur. Esta última se dirige a Pakistán, donde China Overseas Port Holding Company explota el puerto de aguas profundas de Gwadar, y donde China pretende construir su segunda base naval de ultramar, después de Yibuti.
La nueva Ruta de la Seda
El segundo factor de éxito es el potencial de la línea ferroviaria para la Nueva Ruta de la Seda. Según las estimaciones, la ruta Xinjiang – Kirguistán – Uzbekistán acortará el trayecto entre China y Uzbekistán. Actualmente, los contenedores que se dirigen a este país centroasiático deben recorrer largas distancias y atravesar el territorio del vecino Kazajstán.
Además, el enlace ferroviario entre China y Uzbekistán enlaza con Irán (a través de Turkmenistán) y Turquía, así como eventualmente con Europa, especialmente con el sudeste europeo. Con ello, la ruta de China al sureste de Europa podría reducirse hasta 900 kilómetros, lo que equivaldría a siete u ocho días. Al mismo tiempo, el nuevo ferrocarril permitirá a China implicar mejor a Kirguistán y Uzbekistán en la Nueva Ruta de la Seda.
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Dificultades cruciales
A pesar de todas las oportunidades y ventajas de la nueva ruta, su futuro sigue sin estar claro. ¿Por qué? A menudo, este tipo de proyectos adolece de la incapacidad de resolver la cuestión de la financiación. En este caso, funciona pero parcialmente. En primer lugar, sigue sin haber un precio exacto del proyecto. Inicialmente, se estimó en 2.000 millones de dólares estadounidenses (unos 1,8 euros). En 2012, el precio se incrementó hasta los 7.000 millones de dólares estadounidenses (unos 6.300 millones de euros). El importe varía en función del posible trazado debido al difícil y montañoso paisaje del sur de Kirguistán. Por tanto, aún se desconoce el valor final del proyecto.
Otra incógnita se refiere al gálibo. El ferrocarril Xinjiang – Kirguizistán – Uzbekistán constará de dos tramos: el chino tendrá 170 kilómetros y el kirguiz 270 kilómetros. Para agilizar el tráfico de mercancías, la parte china quiere construir en Kirguizistán una línea férrea con un ancho de vía de 1.435 milímetros, mientras que tanto Kirguizistán como Uzbekistán tienen vías con un ancho de vía de 1.520 milímetros. El gobierno kirguís teme que la nueva ruta no aporte ningún beneficio al país y sólo utilice una parte de su territorio. Por ello, ofreció a China construir otras líneas con un ancho de vía de 1.520 milímetros a través del país. China se negó a hacerlo. Como resultado, ambas partes siguen sin tener un entendimiento claro sobre estas cuestiones cruciales.
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Corredor automovilístico
Mientras los funcionarios siguen debatiendo el futuro del corredor ferroviario de China a Uzbekistán a través de Kirguistán, han conseguido que el transporte de mercancías por ferrocarril funcione a través de la ruta existente. En otoño de 2017, tres países examinaron las entregas de mercancías utilizando semirremolques.
El viaje piloto se realizó del 30 de octubre al 3 de noviembre de 2017. Nueve camiones recorrieron la distancia de 920 kilómetros en la ruta Kashgar – Tashkent pasando por Irkeshtam y Osh en Kirguistán, así como Andijan (Andizhan) en Uzbekistán. En febrero de 2018, esta ruta se ha convertido en línea regular. Además, también se han examinado dos extensiones del corredor automovilístico Kashgar – Tashkent, hasta Turkmenistán y Afganistán.
Cumbre Europea de la Ruta de la Seda
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