Todo el mundo quiere recoger los frutos del INSTC

Lo que empezó como una ruta descabellada pero relativamente prometedora y se convirtió en el principal corredor de diversificación de Rusia se está convirtiendo ahora en una tendencia candente a la que todos desean sumarse. Se trata del Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INSTC), en el que Bielorrusia quiere participar más activamente, según su primer ministro, Roman Golovchenko.

Glovchenko compartió algunas opiniones interesantes durante una reunión del consejo intergubernamental de la Unión Económica Euroasiática (UEEA) celebrada hace unos días. En sus palabras, «todos los Estados miembros de la UEEA deberían participar activamente en el proyecto INSTC» en el contexto de la «reordenación de los corredores logísticos».

En palabras sencillas, Bielorrusia también quiere unirse al empeño ruso de explotar Asia Central y los mercados circundantes, incluidos India y Emiratos Árabes Unidos. Lejos de sorprender, este punto de vista indica que Bielorrusia también siente el calor de las sanciones en sus relaciones comerciales y económicas. Además, señala que el acercamiento de Rusia al INSTC podría estar más estructurado y bien organizado de lo esperado y plantea un interrogante sobre el papel de Europa en esta situación.

Sin infraestructuras

¿Merece la pena unirse al INSTC? Podría decirse que cualquier intento de diversificación puede merecer la pena cuando las sanciones golpean. Especialmente en el caso del INSTC, con nuevos mercados abriéndose y Rusia explotando ya parte de su potencial, parece una ruta bien pavimentada que Bielorrusia también podría seguir.

No obstante, Glovchengo mostró cierta autocontención a pesar de su petición explícita de una mayor presencia bielorrusa en el INSTC. «Las perspectivas de desarrollo de nuestras economías dependen de que la logística funcione bien y se adapte a las nuevas realidades geopolíticas», declaró, según la agencia de noticias bielorrusa BELTA.

En particular, al enumerar los retos, se refirió a las infraestructuras problemáticas, fragmentadas o inexistentes a lo largo del INSTC, que actualmente plantean el principal problema de desarrollo del corredor. «Tenemos que abordar el problema de las infraestructuras que faltan», afirmó, apuntalando la idea de una colaboración más estrecha y de inversiones dentro de los Estados miembros de la UEEA y en el marco de los BRICS, ya que India se está convirtiendo gradualmente en un país crítico para el INSTC. «Por ejemplo», prosiguió, «el Nuevo Banco de Desarrollo establecido en el marco de los BRICS» podría agilizar algunos avances.

Más Estados a bordo

La UEEA y los BRICS son dos entidades diferentes que adquieren mayor relevancia para el INSTC. BRICS hace referencia a las economías emergentes más rápidas del mundo e incluye a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. El hecho de que Rusia, India y China sean socios cercanos en esta organización pone de relieve la posible implicación del Nuevo Banco de Desarrollo mencionado por Glovchengo en el INSTC. Después de todo, Rusia es un buen socio comercial para India y China. La única razón por la que los BRICS no participarían en el INSTC sería la reticencia de China a poner en peligro su Iniciativa de la Franja y la Ruta al dejar más espacio para que India crezca y adquiera influencia en la región.

Reunión de la UEEA los días 2 y 3 de febrero de 2023. Imagen: © Comisión Económica Euroasiática (CEE)
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Por otro lado, está la EAEU, formada por Armenia, Bielorrusia, Rusia, Kirguistán y Kazajistán. Los Estados de la EAEU ya participan o aspiran a participar en el INSTC. La propia Unión aboga activamente por el desarrollo del corredor y participa en la inversión en nuevos proyectos.

El último ejemplo es el proyecto de logística ferroviaria Eurasian Agroexpress, que la UEEA pretende ampliar fuera de sus fronteras e incluir a Irán, Emiratos Árabes Unidos, India y Turkmenistán. En consecuencia, se observa que Rusia y sus socios se están haciendo poco a poco con el control comercial de la región de Asia Central y los mercados circundantes y tienen planes para permitir más inversiones.

¿Qué está haciendo Europa?

Tras la invasión rusa de Ucrania y las consecutivas sanciones de Occidente, Asia Central se ha convertido en una región mucho más relevante para la economía europea. Especialmente en lo que se refiere a recursos naturales y productos agrícolas, países como Kazajstán y Uzbekistán, por ejemplo, son cada vez más importantes. Las empresas dedicadas a la logística ferroviaria destacan que Asia Central es un mercado nuevo y relativamente sin explotar que podría ayudar al sector y a la economía europea a reducir su dependencia de Rusia y China.

La cuestión, por tanto, es si Europa está explorando este potencial. Hace unos meses, el Banco Euroasiático de Desarrollo, organismo financiero internacional liderado por Rusia y otros Estados miembros de la UEEA, afirmó que el INSTC podría «desarrollar fácilmente enlaces de transporte meridionales entre el noreste de Europa y el sur de Asia y crear nuevas cadenas de transporte y logística a lo largo de los corredores de transporte internacional euroasiáticos interconectados», que no se limitarán a la participación rusa».

INSTC y otros corredores euroasiáticos. Imagen: © EDB.

Pocos días después, el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD) puso en marcha un estudio para examinar las mejores conexiones posibles entre los países de Asia Central y la red RTE-T europea. El estudio durará hasta el verano de 2023 con financiación de la Comisión Europea y su objetivo es identificar alternativas óptimas a la ruta ferroviaria del norte a través de Rusia. Sin embargo, este estudio se centra principalmente en el Corredor Medio, no en el eje Norte-Sur. Esto tiene sentido, ya que cruzar Irán es inevitable si se quiere transitar por el INSTC. Sin embargo, Irán también está sancionado por la UE, por lo que el comercio y otras posibilidades de negocio son limitados.

En conclusión, el mercado de transporte de Asia Central parece estar dominado actualmente por Rusia y otros socios beneficiarios. La UE debería ser prudente en este sentido y quizá más rápida a la hora de tomar decisiones relacionadas con inversiones y asociaciones en la región. Y es que no debería dejar pasar oportunidades económicas cruciales que surgen allí. Puede que las posibilidades sean limitadas en lo que respecta a Irán, por ejemplo, pero los mercados restantes de Asia Central y el Cáucaso podrían ayudar a diversificar sus relaciones comerciales.

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Este artículo ha sido traducido automáticamente del original en inglés al español.

Autor/a Nikos Papatolios

Fuente: RailFreight.com