El túnel de Rastatt aún no está terminado, se necesita un año más
La finalización del túnel de Rastatt, en el corredor alpino del Rin, se retrasa de nuevo. El túnel ferroviario en Alemania no estará operativo hasta mediados de 2026, según ha comunicado Deutsche Bahn. La entrega del túnel estaba prevista para 2025, según el plan de reconstrucción realizado tras su derrumbe en 2017.
Sin el derrumbe del túnel de Rastatt, que causó importantes daños a la red ferroviaria, la estructura habría estado operativa este año. Una pieza de infraestructura muy necesaria, habría dirigido los trenes de mercancías en la concurrida línea bajo la ciudad alemana, para hacer más eficiente esta sección del corredor Rin-Alpes.
Situación actual
El tubo oeste del túnel de Rastatt ya está terminado. Actualmente sólo se están construyendo allí túneles de conexión más pequeños, los llamados pasos transversales. El gran problema, sin embargo, es el tubo este, en el que aún se encuentra la gigantesca tuneladora dañada, informa el medio alemán SWR.
Antes de construir el tubo aquí, hay que sacar la perforadora. Para ello, primero hay que hacer un pozo de excavación de 17 metros de profundidad y 200 metros de longitud. Eso debería ocurrir a mediados del año que viene. Sólo entonces podrá completarse el túnel, según ha explicado la empresa ferroviaria alemana a NEE, la red de ferrocarriles europeos.
No se cumplen los nuevos plazos
Hace tres años se publicó un nuevo calendario y estrategia de rehabilitación para la apertura de la nueva línea ferroviaria entre Karlsruhe (Alemania) y Basilea (Suiza), de la que forma parte el túnel de Rastatt, en agosto de 2019.
«Con el plan actual, el túnel no se abriría hasta 2025, tres años más tarde de lo previsto originalmente cuando se inició la construcción en 2013», dijo al anunciarlo el entonces director ejecutivo de DB, Dirk Rompf.
El colapso
La primera intervención de este plan fue el derrumbe del túnel. El accidente provocó casi dos meses de capacidad limitada en la principal arteria norte-sur de Europa. Se cerró al tráfico la línea Kalrsruhe-Basilea y se limitó la capacidad de las circunvalaciones.
Además de los daños en la vía, las empresas ferroviarias sufrieron pérdidas económicas. Cinco años después del accidente del túnel, estas pérdidas en el sector del transporte de mercancías por ferrocarril han ascendido a unos 100 millones de euros, según la NEE. Varias empresas han presentado reclamaciones para que se compensen estas pérdidas, pero sin respuesta hasta ahora. El llamado proceso de recopilación de pruebas sigue su curso: no se conocen oficialmente las causas del accidente.