Científicos: La Ruta Europea de la Seda debe ayudar a recuperar Europa post-corona

Una Ruta Europea de la Seda podría contribuir a la recuperación de Europa tras COVID-19. Alternativamente, una red de líneas ferroviarias de alta velocidad ayudaría a restaurar el continente. Así lo concluyen los economistas del Instituto de Viena para la Investigación Económica Internacional en un informe recientemente publicado «Cómo gastar: Propuestas para restaurar Europa después de COVID-19».

Según los investigadores, para restaurar más eficazmente la UE tras la pandemia, que causó un duro golpe a las economías de todos los países, será necesario gastar al menos 2 billones de euros en lugar de los 750.000 millones previstos. Y no sólo en transporte (también en sanidad pública y energía/descarbonización), aunque una red de transportes que funcione bien desempeña un papel importante, sugiere el informe.

Ruta Europea de la Seda

La Ruta Europea de la Seda (RSE) es un modal sugerido por Holzner et al. (2018) y Holzner (2019), donde se destaca la importancia de Europa del Este. Las infraestructuras europeas se encuentran en mal estado, y las actuales iniciativas europeas en materia de infraestructuras son insuficientes y poco sistemáticas. La Ruta Europea de la Seda podría conectar las zonas industriales del oeste con las regiones pobladas, pero menos desarrolladas, del este del continente, reza el informe de Viena.

Una vez finalizada, la Ruta Europea de la Seda se extendería por tierra a lo largo de unos 11.000 kilómetros en una ruta septentrional desde Lisboa hasta Uralsk, en la frontera entre Rusia y Kazajstán, y en una ruta meridional desde Milán hasta Volgogrado y Bakú. Las partes prioritarias centrales son la ruta de Lyon a Moscú en el norte y la de Milán a Constanţa en el sur. La ruta meridional uniría Europa Central con la zona del Mar Negro y los Estados ribereños del Mar Caspio.

Crecimiento económico

«Según una estimación conservadora, la Ruta Europea de la Seda podría generar un crecimiento económico medio del 3,5% y un aumento del empleo de unos 2 millones de personas a lo largo de sus rutas en el transcurso de un periodo de inversión de 10 años», afirman los científicos. «La mejora de la infraestructura de la ruta clave podría suponer un importante ahorro de tiempo de más del 8% en el transporte por carretera sólo en la ruta septentrional hacia la región central de Rusia. Por término medio, esto supondría un ahorro de aproximadamente 2,5 horas, por ejemplo desde Viena. Así, los países situados a lo largo de la ruta septentrional podrían aumentar sus exportaciones a Rusia en más de un 11%. Esto supondría unas exportaciones adicionales de más de 12.500 millones de euros. Una vez más, se trata de estimaciones muy conservadoras y las probables ganancias en ahorro de tiempo podrían ser sustancialmente superiores».

Para llevar a cabo y financiar el proyecto, los vieneses proponen crear un European Silk Road Trust (ESRT) como sociedad anónima. «Esto permitiría financiar extrapresupuestariamente las inversiones en infraestructuras. Aunque el ESRT (propiedad de los países de la zona euro, otros países de la UE y terceros países que deseen sumarse a la construcción de la Ruta Europea de la Seda) podría contar con una garantía pública a la hora de emitir bonos a largo plazo (a tipos de interés actualmente nulos o incluso negativos), formalmente formaría parte del sector privado, sobre todo porque dispondría de suficientes ingresos propios procedentes de clientes privados (peajes).»

Tren ultrarrápido

El informe también sugiere una solución alternativa para mejorar la red europea de infraestructuras, aunque más orientada al movimiento de pasajeros. Se trata del tren ultrarrápido (URT), cuya red debería ser un nuevo sistema ferroviario de alta velocidad de doble vía complementario de las redes existentes. Esto también liberaría capacidad para el transporte de mercancías.

Este artículo ha sido traducido automáticamente del original en inglés al español.

Autor/a Majorie van Leijen

Fuente: RailFreight.com