El bloqueo del transporte podría costarle caro a Armenia su posición en el INSTC y reforzar la de Azerbaiyán
La cuestión del bloqueo de los transportes impuesto a Armenia por Azerbaiyán y Turquía podría resultar perjudicial para la posición del país en el Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INSTC), respaldado por Rusia. Alexei Overchuk, viceprimer ministro ruso, declaró que Armenia debería abordar la cuestión o, de lo contrario, podría quedar excluida del desarrollo de los enlaces de transporte y de las respectivas inversiones.
El mencionado bloqueo de transportes a Armenia es impuesto por Azerbaiyán y Turquía debido a las tensas relaciones entre ambos países, que han desembocado en conflictos armados como el de Nagorno-Karabaj en 2020. Últimamente, las fuerzas azerbaiyanas y armenias volvieron a intercambiar disparos sin que se produjera una nueva escalada.
Es comprensible que ambos países no mantengan las mejores relaciones, lo que también repercute en el desarrollo del INSTC. Sin embargo, Rusia parece decidida a acabar con la inestabilidad, al menos en lo que respecta a los proyectos que le conciernen directamente, y envió un ultimátum a Armenia en el sentido de que si no pone de su parte para levantar el bloqueo, no se beneficiará del INSTC.
Armenia y el INSTC
Cuando se piensa en el INSTC, Armenia no es el primer país que viene a la mente. En primer lugar, a pesar de que Armenia e Irán tienen una larga tradición de transporte, ésta se centra principalmente en las conexiones por carretera y no por ferrocarril. Incluso si se prefiriera el ferrocarril, la frontera de Armenia con Irán está cerrada, lo que hace prácticamente imposible poner en marcha ningún servicio.
La situación se complica si se tienen en cuenta algunos enlaces ferroviarios entre Azerbaiyán e Irán que Armenia no reconoce por estar situados en la disputada zona de Nagorno Karabaj, que no pertenece oficialmente a ninguno de los dos países, pero ambos la reclaman.
La fluidez de las fronteras en la región es el principal problema actual, derivado, por supuesto, de las tensas relaciones políticas. Sin embargo, Armenia parece quedarse sola en este caso, ya que el ultimátum ruso parece poner fin a sus aspiraciones de comercio internacional.
Azerbaiyán sigue un rumbo diferente
Con Turquía como amiga y una buena relación con Rusia, Azerbaiyán es el país que se beneficia de toda la situación. De hecho, la mayor inversión ferroviaria de Rusia en Irán, el ferrocarril Rasht-Astara, beneficiará directamente al país. En la última reunión entre funcionarios rusos e iraníes en relación con el desarrollo del proyecto, los delegados avanzaron sustancialmente y sólo quedan los últimos retoques para que la participación de Rusia sea oficial y las opciones de financiación del proyecto se decidan esta semana.
El ferrocarril Rasht-Astara proporcionará algo más que un enlace directo entre Irán y Rusia. Hará de Azerbaiyán un país de tránsito para el tráfico norte-sur procedente de la India, mientras que la posición logística del país se verá reforzada por un centro logístico que se construirá en Astara, justo en la frontera con Irán. Cuando alguien pierde, alguien gana, que parece ser la situación actual en la región del Cáucaso.
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