¿Qué pasó con el tren Estambul-Teherán-Islamabad?

La reactivación del corredor ITI entre Turquía, Irán y Pakistán se esperaba desde hace tiempo. Las operaciones estaban a punto de comenzar hace un par de semanas, con la salida del tren de Estambul el 4 de marzo y su llegada a Islamabad el 16 de marzo. Sin embargo, para decepción de todos, esta salida nunca tuvo lugar. El servicio se pospuso una vez más, literalmente en el último minuto, y surgen muchas preguntas en torno a su viabilidad real.

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Incluso el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, aseguró a los medios de comunicación a principios de marzo que el tren funcionaría y se convertiría en un precioso enlace entre Occidente y Oriente. De hecho, todo estaba listo para el viaje en tren de la ITI, con todos los preparativos administrativos, operativos y de seguridad.

Sin embargo, en una reunión entre las autoridades de los tres países celebrada el 2 de marzo, la Compañía de Transporte y Carga Ferroviaria de Pakistán canceló el servicio, alegando problemas de seguridad.

Peso de la carga

Al parecer, el principal motivo de la cancelación del tren ITI es la preocupación de las autoridades pakistaníes por el peso de la carga y el tipo de vagones utilizados. Las autoridades turcas dispusieron que el tren circulara con vagones de ocho ruedas que transportarían contenedores de cuarenta toneladas cada uno.

Pakistán no estuvo de acuerdo con este planteamiento e insistió en utilizar vagones de cuatro ruedas y contenedores de veinte toneladas. Los funcionarios pakistaníes parecieron justificar esta decisión basándose en el mal funcionamiento de algunas partes de la línea ferroviaria en la parte pakistaní de la ruta. Sorprendentemente, esta observación tuvo lugar dos días antes de la salida del tren, a pesar de que las vías férreas en Pakistán se consideraban probablemente el obstáculo más importante para la reapertura del ITI.

Turquía e Irán se quejan

Es comprensible que Turquía e Irán sean las partes perjudicadas, en este caso, en busca de una explicación racional. Los dos países se vieron obligados a cancelar toneladas de carga con destino a Pakistán a pesar de las garantías de que todo transcurría sin problemas.

Según fuentes de los ferrocarriles turcos, el proyecto parece inviable, debido principalmente a la actitud de las autoridades pakistaníes y a la falta de transparencia en los procesos organizativos. Además, Pakistán informó a sus homólogos de los problemas existentes sólo dos días antes del relanzamiento de la ruta. Esto constituye otro motivo de gran preocupación sobre el futuro del proyecto.

Mala conducta y consecuencias

Por su parte, las autoridades paquistaníes, en un intento de liberar tensiones y calmar los ánimos, decidieron asignar responsabilidades a los responsables del fiasco por ineficacia y mala conducta. En consecuencia, algunos funcionarios fueron destituidos de sus cargos. Además, Pakistán aseguró a Turquía e Irán que la salida del tren se reprogramaría en breve.

Sin embargo, a entender de todos, el futuro del proyecto parece estar en suspenso una vez más. Este tipo de iniciativas necesitan una planificación concreta en lugar de vagas promesas y visiones para convertirse en realidad. Por ello, la coalición trilateral deberá analizar en profundidad los problemas a los que se enfrenta y sus posibles soluciones.

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Este artículo ha sido traducido automáticamente del original en inglés al español.

Autor/a Nikos Papatolios

Fuente: RailFreight.com