El Congreso de EE.UU. bloquea una huelga ferroviaria nacional

El Senado estadounidense aprobó el jueves 1 de diciembre el proyecto de ley que bloquearía la huelga nacional que amenaza al país desde hace varios meses. Además, rechazaron la enmienda que incluiría siete días de baja remunerada para los trabajadores. El Senado también rechazó la propuesta de ampliar en 60 días el periodo de reflexión para permitir nuevas negociaciones, alegando que el acuerdo ya se había negociado.

Con 80 votos a favor y sólo 15 en contra, el acuerdo provisional propuesto en septiembre ya puede imponerse al sector del transporte de mercancías por ferrocarril. El siguiente paso es que el presidente de EE.UU., Joe Biden, promulgue la ley. A partir de ese momento, cualquier huelga se considerará ilegal, y los trabajadores se arriesgarán a perder su empleo si deciden ir a la huelga.

El miércoles 30 de noviembre, la Cámara de Representantes votó a favor de bloquear la huelga, pero aprobó la enmienda para incluir siete días de baja por enfermedad remunerada. Sin embargo, el Senado tenía la última palabra y decidió rechazar también la enmienda. De hecho, sólo 52 senadores votaron a favor, mientras que el mínimo necesario era de 60.

Cuatro sindicatos dispuestos a ir a la huelga la próxima semana

Cuatro de los doce sindicatos rechazaron la propuesta presentada en septiembre y estaban dispuestos a ir a la huelga a principios de diciembre, para un total de más de 115.000 trabajadores. La Brotherhood of Railroad Signalmen (Hermandad de Señalistas Ferroviarios), afirmó que estaba programando su huelga para el 5 de diciembre. La Brotherhood of Maintenance of Way Employes Division de la International Brotherhood of Teamsters, la International Brotherhood of Boilermakers y SMART-TD habían planeado su huelga para el 9 de diciembre.

El presidente de los Teamsters, Sean O’Brien, afirmó en Twitter que «el hecho de que no haya 60 senadores dispuestos a plantar cara a las grandes empresas y luchar por los derechos básicos de los trabajadores ferroviarios estadounidenses es horroroso». Teamsters, sin embargo, es uno de los sindicatos que ya firmó el acuerdo provisional en septiembre. En aquel momento, el sindicato declaró que «el acuerdo provisional mejorará las condiciones de trabajo y salvaguardará los salarios y las prestaciones sanitarias de los 57.000 miembros de la Conferencia Ferroviaria de los Teamsters».

Reacciones mixtas de las instituciones

Muchos políticos estadounidenses elogiaron la decisión del Congreso de votar rápidamente para evitar la huelga. El Presidente Biden comentó que el país se había librado de una catástrofe navideña, la Directora General de la Cámara de Comercio estadounidense, Suzanne Clark, lo calificó de victoria para Estados Unidos. El senador Bernie Sanders fue uno de los pocos políticos estadounidenses que criticó la labor del Congreso, definiéndola como «el peor caso de avaricia corporativa que he visto».

El Consejero Delegado de la Asociación Americana de Ferrocarriles, Ian Jefferies, también expresó su aprobación por el resultado de las votaciones. «El Senado ha actuado con liderazgo y urgencia con la votación de hoy para evitar un paro ferroviario económicamente devastador», afirmó. Además, reconoció la dureza de un trabajo como el ferroviario, pero se limitó a decir que los trabajadores del ferrocarril ya cuentan con la gratitud del país.

Las estimaciones mostraban que una huelga de esas proporciones tendría un enorme impacto en la economía estadounidense en general. Se calculó que las pérdidas financieras serían de más de 2.000 millones de euros al día, con un 30% de la carga que se habría quedado atascada y millones de pasajeros varados.

El acuerdo provisional

El acuerdo propuesto por la Casa Blanca en septiembre incluye un aumento salarial del 24% en cinco años y cinco pagos anuales a tanto alzado de 1.000 dólares estadounidenses (949,53 euros). Además, los trabajadores pedían 15 días de baja por enfermedad retribuidos, mientras que el contrato sólo añade un día libre retribuido más para todo el año. Este acuerdo puede ahora imponerse a la industria, a pesar de que un tercio de los sindicatos lo rechazaron.

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Este artículo ha sido traducido automáticamente del original en inglés al español.

Autor/a Marco Raimondi

Fuente: RailFreight.com