La RTE-T debe revisarse teniendo en cuenta la iniciativa Belt and Road».
Cuando la Comisión Europea revise la red RTE-T en 2023 deberá tener en cuenta las posibilidades que ofrece la iniciativa «Belt and Road» (BRI), afirmó Alain Baron, de la Dirección General de Movilidad y Transportes (DG MOVE).
Baron habló de las posibilidades y riesgos del proyecto financiado por China en la Conferencia Rin-Alpes celebrada en Bruselas la semana pasada. Afirmó que la UE debe aprovechar sus oportunidades, especialmente cuando se trata del tráfico en dirección este entre Europa y Asia. Pero al hacerlo, debe tomar decisiones sensatas en lugar de limitarse a seguir a los chinos, instó.
Oportunidades
«Al reconsiderar la red ferroviaria básica, deberíamos fijarnos en las posibilidades que nos ofrece la BRI. Por ejemplo, ¿qué podría significar el desarrollo del puerto del Pireo? Quizá deberíamos dar prioridad a una buena conexión desde este puerto con Europa central», dijo Baron.
El puerto de El Pireo está gestionado por la naviera estatal china COSCO, que adquirió una importante participación en el puerto griego en 2016. Desde entonces, la empresa invirtió fuertemente en su desarrollo, como parte del objetivo de la BRI de mejorar las rutas comerciales entre Europa y Asia por tierra y mar.
No seamos ingenuos
Sin embargo, Baron también fue cuidadoso en su enfoque del infame proyecto, ya que cree que Europa no debe ser ingenua. «No debemos limitarnos a invertir en infraestructuras en este marco, sino que debemos plantearnos si estas conexiones son sostenibles». Baron explicó que, en lugar de utilizar el enfoque «de arriba abajo», en la UE es mucho más habitual llevar a cabo proyectos que surgen de la demanda.
La respuesta europea a la BRI es un tema de debate, en el que algunos sostienen que la UE debería recelar de la rápida expansión económica de los chinos en la ruta comercial, mientras que otros discrepan afirmando que los países europeos deberían estar menos a la defensiva e implicarse activamente en el proyecto. De esta última opinión es el profesor Richard Griffiths, que intervino en el Port Event celebrado en Spijkenisse la semana pasada. «En lugar de causar pánico por la influencia china y el desarrollo de la Nueva Ruta de la Seda, Occidente debería aplaudir la contribución china y hacer lo mismo, aprovechando los mercados potenciales a lo largo del corredor euroasiático», afirmó.
Plataforma de conectividad
En julio de 2015, la Comisión Europea (CE) puso en marcha una «Plataforma de Conectividad» que debería permitir a las partes interesadas, tanto chinas como europeas, establecer proyectos conjuntos y desarrollar una sinergia entre los proyectos de la ruta de la seda y diversos proyectos europeos de infraestructuras. Un año después, la CE elaboró una nueva visión estratégica, que incluye la perspectiva de la UE de liberalización del comercio, cumplimiento del sistema económico internacional y respeto de los derechos humanos.
Baron afirmó que la Comisión Europea seguirá haciendo hincapié en estas normas. Como ejemplo, explicó: «Sí, debemos desarrollar mejores pasos fronterizos entre los países de la BRI, pero esto no significa menos control. Esto es importante para evitar, por ejemplo, el comercio de productos falsificados». La próxima reunión de la Plataforma de Conectividad tendrá lugar en julio de 2018.