Aún no hay una salida clara al conflicto ferroviario británico
El sábado en Gran Bretaña transcurrió… tranquilamente. Tranquilo, sobre todo si se encontraba en los alrededores de London Euston o Birmingham New Street. Las dos principales terminales de pasajeros estaban completamente cerradas. La última huelga en los ferrocarriles británicos afectó a varios operadores de trenes de pasajeros, especialmente en las rutas de larga distancia. La fraternidad del transporte de mercancías sigue mirando con preocupación.
La última huelga, esta vez de miembros de Aslef, el sindicato de maquinistas, paralizó los servicios de la West Coast Main Line, de ahí los cierres en Londres y Birmingham. Lo mismo ocurrió en la Costa Este, donde la compañía estatal LNER y la independiente Hull Trains se vieron afectadas. Aunque no hay implicación directa de los operadores ferroviarios de mercancías, el sector se ve afectado, sobre todo cuando los señalizadores de Network Rail abandonan sus palancas.
La acción más generalizada hasta la fecha
Esta semana tendrá lugar la acción sindical más intensa hasta la fecha, con otros tres días de paros. Las huelgas están previstas para este jueves, viernes y sábado. Además de RMT y Aslef, otros dos sindicatos con miembros en el sector se declararán en huelga esta semana: TSSA, que ya había anunciado fechas de huelga, y Unite, cuyos miembros desempeñan principalmente funciones de apoyo en el sector.
RMT convoca a sus afiliados en la mayoría de los operadores de transporte de pasajeros y en Network Rail el jueves y el sábado. Estas serán las huelgas más generalizadas en toda la red este mes. Entre medias, los miembros de RMT en el metro de Londres harán huelga el viernes 19 de agosto.
Abandono del deber
Los líderes sindicales han seguido acusando al Secretario de Transporte del Gobierno, Grant Shapps, de prolongar los conflictos. La respuesta de Shapps no ha sido conciliadora. «En lugar de sentarse con RMT y la industria ferroviaria para encontrar una solución negociada a este conflicto, Shapps ha interferido políticamente para impedir un acuerdo», afirma Mick Lynch, secretario general del sindicato RMT. «Grant Shapps continúa con su dejación de funciones lanzando amenazas, contra los trabajadores ferroviarios, todo por intentar salvar su carrera política».
El RMT afirma que Shapps sigue exacerbando los ánimos. «Ahora amenaza a nuestros miembros con despedir y volver a contratar al estilo de P&O y con la reintroducción de los servicios operados sólo por conductores, lo que provocará una caída de los niveles de seguridad y la pérdida de puestos de trabajo», dijo Lynch, haciendo referencia al reciente escándalo de la compañía de transbordadores, que, irónicamente, el Gobierno británico condenó públicamente.
Una advertencia de la historia
Shapps ha reiterado que no entablará negociaciones con los sindicatos sobre este conflicto salarial. El ministro se mantiene inamovible, a pesar de que el conflicto de RMT, que acapara titulares, se ha convertido en un conflicto con otros sindicatos, y ahora incluye cuestiones sobre pensiones y seguridad laboral.
«Si el Sr. Shapps sigue por este camino, RMT utilizará el mandato industrial que tiene de sus 40.000 miembros en este conflicto para emprender más huelgas en las próximas semanas y meses», añadió Lynch. Sobre la amenaza de introducir niveles mínimos de servicio en los trenes durante las huelgas, otra medida propuesta por el Gobierno, añadió una advertencia de la historia. «Si estas propuestas se convierten en ley, se producirá la mayor resistencia organizada por todo el movimiento sindical, rivalizando con la huelga general de 1926, las sufragistas y el cartismo».