La quiebra de Buckingham Group ensombrece el sector ferroviario británico
El anuncio el fin de semana de la crisis financiera y la quiebra inminente de Buckingham Group Contracting, una destacada empresa de construcción con una presencia significativa en el sector ferroviario del Reino Unido, ha conmocionado al sector. La empresa, conocida por su participación en grandes proyectos ferroviarios, ha tenido que hacer frente a una escalada de costes en tres importantes contratos de estadios deportivos, lo que ha provocado una fuerte reducción de su liquidez y la imposibilidad de seguir operando. La situación de la empresa suscita preocupación por su posible impacto en el sector ferroviario, incluido el transporte de mercancías por ferrocarril.
Buckingham Group Contracting, que históricamente ha desempeñado un papel fundamental en el diseño y la construcción de varios proyectos importantes de infraestructura ferroviaria, es también un contratista frecuente de proyectos de transporte de mercancías por ferrocarril. En particular, la empresa fue responsable de la construcción de DIRFT 3, un centro de transporte de mercancías conectado por ferrocarril que Royal Mail utiliza para su servicio de paquetería. Esta instalación de la Terminal Internacional de Transporte Ferroviario de Daventry (DIRFT) ha sido esencial para el transporte eficaz de mercancías por todo el Reino Unido.
Gol en propia meta en tres contratos de estadios
La quiebra de Buckingham Group Contracting podría tener importantes repercusiones en el sector del transporte de mercancías por ferrocarril. La empresa ha tocado fondo y ha cesado su actividad. Un duro comunicado en la página web de la empresa deja clara su posición, pero deja poco optimismo sobre su continuidad, al menos en su forma actual. Ello arroja dudas sobre la estabilidad de los proyectos de infraestructuras esenciales, en los que la empresa desempeña un papel activo. Los expertos del sector no están tan preocupados por la posible interrupción de las operaciones logísticas en DIRFT, en las Midlands inglesas, donde Buckingham completó el proyecto en 2021. Royal Mail tiene una gran presencia allí, y sólo recientemente comenzó a probar sus trenes dedicados desde las instalaciones.
La grave situación financiera de la empresa se ha atribuido a las importantes pérdidas y déficits provisionales de tesorería incurridos en la construcción de tres grandes contratos de estadios deportivos, junto con un importante contrato de movimiento de tierras en Coventry. Estos proyectos han estado plagados de desafíos inesperados, incluida la inflación extrema vinculada al conflicto de Ucrania, lo que ha contribuido al aumento de los costes y a las tensiones financieras a las que se enfrenta ahora la empresa. En respuesta a la crisis, el consejo presentó una notificación de intención de nombrar administradores, un paso dado para proteger el negocio mientras se buscan posibles soluciones, incluida la venta de toda o parte de la empresa.
Malos recuerdos de una quiebra anterior
Las partes interesadas, incluidos los clientes y las partes interesadas, están estudiando las opciones que podrían mitigar el impacto de la quiebra y garantizar el mejor resultado para los acreedores. La participación del Grupo en el sector ferroviario ha sido considerable, desde el diseño y la construcción de rutas ferroviarias hasta el desarrollo de depósitos de mantenimiento y de aparcamientos de varios pisos, distintivos aunque no muy bonitos, en varias estaciones de cercanías clave. Sus contribuciones incluyen la mejora y duplicación de la vía entre Oxford y Bicester, parte de la ruta de Chiltern Railways que conecta Londres Marylebone y Oxford, y la sección occidental del proyecto East West Rail (EWR), donde la capacidad adicional para el transporte de mercancías fue una adición tardía al pliego de condiciones.
Los problemas de la empresa han puesto de relieve la naturaleza interconectada de la industria de la construcción y su papel vital en el apoyo a la funcionalidad de diversos sectores, incluido el ferroviario. Mientras prosiguen los esfuerzos por salvar la situación, las partes interesadas del sector aguardan con ansiedad los acontecimientos y esperan una resolución que minimice las interrupciones de las infraestructuras y operaciones ferroviarias críticas. Es obvio que otras empresas contratistas observan con ansiedad y recuerdan lo ocurrido en 2017 con el contratista Carillion, que en su momento fue uno de los principales socios de la agencia de infraestructuras Network Rail.