Los ataques estadounidenses se mantienen a raya, por ahora
El jueves por la mañana (hora local), las empresas ferroviarias, los sindicatos y la administración Biden llegaron a un acuerdo provisional para evitar una huelga de ferrocarriles en Estados Unidos. Una huelga en los ferrocarriles podría tener importantes repercusiones en la cadena de suministro de alimentos y combustible del país.
Las conversaciones entre las partes comenzaron el miércoles por la mañana y se prolongaron hasta bien entrada la noche. El acuerdo aún debe ser aceptado por las compañías ferroviarias y los sindicatos. Hasta entonces, no habrá huelgas, es la promesa.
Los logros
Los ferroviarios convocaron la huelga porque reclaman mejores condiciones de trabajo. Uno de los principales objetivos mencionados es el permiso para disfrutar de permisos no retribuidos para visitar al médico. El acuerdo que está ahora sobre la mesa concede esa posibilidad, otorgando a los trabajadores un día libre retribuido adicional y la posibilidad de acudir a las citas médicas sin penalización, según los sindicatos. El acuerdo también incluye una subida salarial inmediata del 14,1%.
El Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció el acuerdo a primera hora de la mañana del jueves, calificándolo de «victoria para decenas de miles de trabajadores ferroviarios que trabajaron incansablemente durante la pandemia para garantizar que las familias y comunidades de Estados Unidos recibieran entregas de lo que nos ha mantenido en pie durante estos años difíciles», según informa Reuters.
Pequeña crisis evitada
La huelga ferroviaria en Estados Unidos habría comenzado el viernes 16 de septiembre. Dado que los ferrocarriles se utilizan sobre todo para el transporte de mercancías, habría supuesto una importante interrupción de las cadenas de suministro nacionales, pero también internacionales.
La Asociación de Ferrocarriles Estadounidenses (AAR) ya lo había advertido: «Los ferrocarriles de mercancías son indispensables para nuestra economía. Por eso sería devastador un cierre del ferrocarril de mercancías que dejara parados más de 7.000 trenes de larga distancia de clase I al día, además de los trenes de corta distancia, de pasajeros y de cercanías.
En la actualidad, decenas de miles de clientes del ferrocarril -desde grandes fábricas de automóviles hasta pequeños comercios minoristas- dependen de los ferrocarriles para el suministro de materias primas y productos acabados. Si se interrumpieran estos y otros transportes ferroviarios, la pérdida de producción económica sería probablemente de al menos 2.000 millones de dólares al día.
Lea también:
El Presidente Biden intenta evitar una huelga nacional de ferroviarios en EE.UU.