Reino Unido licita un «tren médico» para superar el impacto del Brexit
El Gobierno británico ha licitado un contrato de 25 millones de libras (27 millones de euros) para trasladar suministros médicos urgentes por todo el Reino Unido en tren tras el Brexit. Este «tren médico» debería transportar pequeños envíos de suministros médicos al Reino Unido en un plazo de 24 horas si este país abandona la UE sin llegar a un acuerdo.
Durante meses se ha rumoreado ampliamente que se tomarían medidas para garantizar que los suministros médicos esenciales no se vieran interrumpidos por el Brexit. Ahora, en un esfuerzo por evitar los previsibles quebraderos de cabeza en los puertos británicos, el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social del Reino Unido (DHSC) ha licitado un contrato para transportar suministros por ferrocarril por todo el país. Irónicamente, la legislación en materia de contratación pública exige que la licitación se publique en el Diario Oficial de la Unión Europea, por lo que está abierta a todos los contratistas establecidos en la UE.
Condiciones del contrato
El Gobierno del Reino Unido afirma que está aplicando un enfoque múltiple de almacenamiento, flexibilidad normativa y puesta en marcha de un sistema nacional coordinado de respuesta a la interrupción del suministro. El Departamento de Sanidad y Asistencia Social dirigirá un ejercicio de contratación para garantizar un «servicio de transporte urgente». Transportará pequeños envíos de suministros médicos al Reino Unido en un plazo de 24 horas si el Reino Unido abandona la UE sin un acuerdo».
El contrato forma parte de una serie de medidas, que incluyen almacenamiento adicional y acopio de suministros. Las cláusulas obligan a entregar de un día para otro desde envíos del tamaño de un contenedor hasta pequeñas cargas con temperatura controlada.
Desafío operativo
El funcionamiento del contrato es objeto de numerosas especulaciones. Hace varias décadas que el Reino Unido no dispone de ninguna red de transporte de mercancías en vagones o palés, y el servicio ferroviario de paquetería, conocido popularmente como Red Star, acabó cerrándose en 2001, tras los infructuosos intentos de vender el negocio en el marco de la privatización de la red ferroviaria británica.
La provisión de espacio en los trenes de pasajeros parece improbable, pero podría haber margen para utilizar la pequeña flota de EMU construidas expresamente, diseñadas originalmente para transportar el correo entre Londres y algunos núcleos de población importantes. Sin embargo, el requisito de «todo el Reino Unido» puede presentar dificultades adicionales, ya que la red ferroviaria de la isla de Gran Bretaña (Inglaterra, Escocia y Gales) se administra de forma diferente a la de Irlanda del Norte, que está en la isla de Irlanda.
Una carta de Steve Oldfield, jefe comercial del DHSC, dirigida a los proveedores de suministros médicos y clínicos -aunque claramente destinada a ser leída también por los distribuidores- sugiere que los problemas giran en torno a los retrasos en lo que la carta denomina las «travesías cortas» entre puertos a ambos lados del Canal de la Mancha/la Mancha. La indicación es que los envíos se dirijan a otros puertos del Reino Unido que pueden estar más alejados de los centros de distribución establecidos, de ahí los requisitos para la transferencia a granel por ferrocarril.
Justo a tiempo
Según fuentes periodísticas, se espera que los adjudicatarios sean nombrados en septiembre y que las pruebas concluyan el 24 de octubre, justo una semana antes de la fecha límite para el Brexit.
Aunque se espera que la consolidada red intermodal dé abasto, la naturaleza de la demanda aún no está clara. Es poco probable que los farmacéuticos se desplacen a las estaciones o a las cabeceras de la red intermodal para recoger los suministros, pero la columna vertebral de la red de distribución se desplazaría, al menos en parte, al ferrocarril. Las entregas de último kilómetro, que en lugares remotos podrían ser «las últimas decenas de kilómetros», seguirán haciéndose por carretera.
La manipulación, el almacenamiento y la reexpedición de los productos médicos pueden ser un quebradero de cabeza para los operadores portuarios, de almacenamiento y de transporte ferroviario. La ironía de un tren cargado de aspirinas listo para partir no pasa desapercibida para el sector.
Autor: Simon Walton