Las sanciones a Rusia se mantendrán al menos hasta principios de 2023
El Consejo Europeo decidió el 26 de julio prorrogar seis meses, hasta el 31 de enero de 2023, las sanciones económicas vigentes contra Rusia. Esta prórroga de seis meses podría prolongarse aún más si la situación no se estabiliza de algún modo.
De hecho, las sanciones a Rusia están en vigor desde 2014, con el primer conflicto armado entre Ucrania y Rusia durante la guerra de Donabass. Sin embargo, desde febrero de 2022, se ampliaron y reforzaron como respuesta a la guerra que estalló de nuevo en suelo ucraniano.
Así pues, el sector del transporte ferroviario de mercancías debería esperar, en el mejor de los casos, algunos meses más de restricciones al tránsito y al transporte. La historia demuestra que el levantamiento de las sanciones en tales circunstancias conlleva largos procesos de evaluación y el requisito previo de la paz y la buena voluntad, que parece estar lejos en el horizonte por el momento.
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Desde otra perspectiva más cínica, se podría afirmar que el levantamiento de las sanciones es también una cuestión de hasta dónde pueden llegar las cadenas de suministro y las economías internacionales mientras se restringe el compromiso con entidades y empresas rusas y con Ucrania prácticamente varada.
Con la crisis energética y alimentaria en ciernes, la UE podría reconsiderar su postura y aflojar contra Rusia. Sin embargo, se trata de un escenario muy teórico, sobre todo cuando la función principal de las sanciones es responder a tácticas que ponen en peligro la vida.
Los ferrocarriles rusos solicitan una exención
Hace unos días, la empresa estatal Ferrocarriles Rusos solicitó oficialmente a la Comisión de la UE el levantamiento de las sanciones que pesan sobre la compañía, alegando que las está violando. RZD fue una de las primeras entidades jurídicas en entrar en las listas de sanciones de la UE apenas unos días después de que estallara la guerra en Ucrania, concretamente el 27 de febrero de 2022.
Según la empresa, las sanciones de la UE perjudican los derechos de los pasajeros. «Las sanciones tienen como objetivo limitar la capacidad de los Ferrocarriles Rusos para llevar a cabo funciones socialmente significativas y humanitarias, y son discriminatorias en relación con la población de la Federación Rusa. Además, contradicen un número significativo de normas del derecho internacional y actos de la propia UE», alegó RZD.
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Además, la compañía subrayó que la UE se contradice al clasificar los trenes como artículos de lujo para los ciudadanos rusos, por un lado, y situar el transporte ferroviario como masivo y neutro en carbono para sí misma, por otro.
En cuanto al carácter financiero de las sanciones, RZD subrayó que no poder recaudar fondos equivale a una violación de los principios legales, lo que básicamente se traduce en una violación de «la libertad de hacer negocios y poseer propiedades postulada en los documentos fundacionales de la UE».
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