El tráfico de la Ruta de la Seda no se libra de los efectos meteorológicos
Las extremas condiciones meteorológicas en Europa Central y Oriental han planteado importantes retos a los trenes de la Ruta de la Seda. Como señaló Martin Koubek, Director de la Ruta de la Seda y la CEI en METRANS, el tráfico vía Malaszewicze hacia el sureste de Europa, a través del sur de Polonia, se ha visto gravemente perturbado.
La situación se debe a que la mayoría de los pasos fronterizos entre Polonia y Chequia son intransitables. Este último país se ha visto gravemente afectado por las inundaciones, con corredores clave hacia los países vecinos cerrados hasta nuevo aviso.
«Nuestro tren que circuló durante el fin de semana tuvo que desviarse por Alemania, pero ahora se encuentra en Ceska Trebova (Chequia) a la espera del servicio de última milla para los clientes», explica Koubek. «Ahora se están evaluando otros trenes en esta dirección con respecto a la situación de la infraestructura. Lo mismo cabe decir de los servicios a Budapest y Serbia», añadió.
Afortunadamente, no se ha inundado ninguna terminal de METRANS, aunque algunas de ellas no eran accesibles debido a los daños en la infraestructura de acceso.
Tenemos que esperar
La recuperación de rutas ya está en marcha. Por ejemplo, en Chequia, «la línea del corredor Hranice na Moravě – Ostrava-Kunčice debería entrar en funcionamiento probablemente el viernes 20 de septiembre de 2024», señaló el operador ferroviario de mercancías ČD Cargo.
Además, se restableció parte del tráfico de pasajeros por el paso fronterizo Zebrzydowice – Petrovice, crítico para el tráfico de la Ruta de la Seda. Sin embargo, decenas de trenes, tanto de pasajeros como de mercancías, siguen cancelándose o circulando por rutas acortadas.
«Tenemos información del gestor de infraestructuras checo de que habrá cierres hasta la semana que viene como mínimo, pero veremos qué líneas ferroviarias tendrán prioridad en la reapertura. Llevará algún tiempo, así que debemos esperar y evaluar las posibilidades de desvío», concluye Koubek.