Los múltiples combates del ferrocarril alemán

Previsiones de tráfico que afirman que el transporte por carretera crecerá más que el ferrocarril. Intentos de reestructurar la empresa estatal, pero con una visión poco clara. Una red ferroviaria bajo presión y huelgas a la vuelta de la esquina. Todo ello conforma un sector ferroviario alemán frustrado, con múltiples frentes abiertos y cuestiones por resolver.

Alemania es la «industria pesada» del ferrocarril en Europa, el país con probablemente la red ferroviaria más extensa, la encrucijada del transporte ferroviario de mercancías con múltiples corredores que la atraviesan. No se puede subestimar su importancia, ni sus luchas por mantener la eficacia de su red y trazar una línea política clara. He aquí un rápido resumen de la agenda de «resolución de problemas» del ferrocarril alemán.

Visiones divergentes

Desde principios de año, los debates en Alemania se han centrado en las opiniones del Ministro de Transportes, Volker Wissing, sobre la industria alemana del transporte y su futuro. Su convicción de que el transporte por carretera crecerá más que el ferrocarril hasta 2050 y de que debe atraer más inversiones que beneficien también a las empresas, en general, ha sido rebatida por el sector ferroviario.

Una parte llamativa de este punto de vista se refiere al hecho de que el ministro de transportes del país europeo clave para el ferrocarril, no crea tanto en el ferrocarril. Otra parte llamativa son los medios para comunicar esta incredulidad. El informe encargado por el Ministerio Federal de Transportes alemán en marzo, en el que se afirmaba que el ferrocarril había alcanzado su plena capacidad de transporte de mercancías y se enmarcaba el transporte por carretera como el futuro de Alemania, fue recibido como una sorpresa negativa.

Pronto, el sector ferroviario alemán se esforzó por demostrar que el informe de previsiones carecía de fundamento. «Las previsiones no son hechos. Además, muchos de los supuestos de las previsiones no son muy plausibles. No refleja la realidad del mercado y se parece a la política de transportes de 1983». Estos son algunos de los comentarios de las asociaciones de transportistas que han lanzado colectivamente un estudio de verificación de los hechos del informe ministerial.

Sin entrar en muchos detalles, el estudio de fact-check demostró que los puntos de vista del ministerio sobre el transporte eran bastante problemáticos y que presentaban una imagen falsa y preocupada por el futuro del ferrocarril. El debate está en curso y su resultado no puede garantizarse. Sin embargo, el hecho de que Alemania necesite debatir estas cosas indica la falta de una visión clara y compartida del futuro y el potencial del ferrocarril.

Infraestructuras para el bien común

Otro tema candente de debate en Alemania es la reforma de DB, con planes gubernamentales para fusionar DB Netz y DB Station & Service en una nueva división de infraestructuras orientada al interés público en la que los beneficios no estarán asociados a la empresa matriz Deutsche Bahn. Esto proporcionará más transparencia en el paradero financiero de DB y una necesaria separación de la empresa de infraestructuras que podría dar lugar a una mejor gestión y a soluciones más orientadas a los negocios.

Hasta aquí, todo bien. Sin embargo, el sector ferroviario ha encontrado algunas discrepancias e incoherencias en la planificación, que pretende crear una entidad de infraestructuras para el «bien común». Lo positivo es que el sector ferroviario privado también está incluido en el debate público de la reforma y la ve como una gran oportunidad de cambio. Sin embargo, la situación puede resultar delicada.

Algunas voces afirman que el plan no incluye ningún análisis ni cifras de la aplicación de la reforma. Otros se preguntan qué significa el bien común y afirman que lo único bueno sería desarrollar infraestructuras ferroviarias con capacidad para transportar más personas y mercancías. Por último, hay un bando que afirma que separar la gestión de la infraestructura de la explotación es innecesario. En cualquier caso, este debate tiene muchos más episodios que producir.

Construcción y huelgas

Por último, pero no por ello menos importante, vienen dos temas más acuciantes: las obras en la red ferroviaria alemana que merman gran parte de la capacidad y las huelgas en ciernes derivadas de las negociaciones de los convenios laborales. Alemania está llevando a cabo un amplio programa de reconstrucción que reduce la capacidad de la red, ya de por sí muy utilizada. Uno de los últimos anuncios de DB se refería a la sustitución de traviesas, lo que añade 400 obras más a la red y afecta sustancialmente a la puntualidad, según DB.

Por otra parte, la posibilidad de huelgas añade presión adicional a la situación. DB y EVG llevan meses negociando sin llegar a una solución concreta. EVG ya llevó a cabo una huelga nacional en marzo con un impacto considerable y desconvocó otra en el último minuto en mayo. Como las dos partes no llegan a un acuerdo, EVG utiliza las huelgas como palanca para DB, aunque reconoce los efectos que podrían tener y, por tanto, se lo piensa dos veces.

Sin embargo, un nuevo jugador entra en el juego. El sindicato GDL iniciará la negociación colectiva con DB en octubre y ya ha presentado una serie de reivindicaciones, que no distan mucho de las de EVG. Teniendo en cuenta que DB considera que las reivindicaciones de EVG son poco realistas, no hay mucho margen para una reacción diferente con GDL. Sin embargo, GDL fue quien lanzó la última oleada de huelgas significativas en Alemania en el verano de 2021 y parece decidido a insistir en sus demandas una vez más.

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Este artículo ha sido traducido automáticamente del original en inglés al español.

Autor/a Nikos Papatolios

Fuente: RailFreight.com