Olaf Scholz visita Pekín: «El mundo necesita a China
El tren procedente de Hamburgo, preparado para la China International Import Expo (CIIE), llegó con éxito a la exposición de Shanghai el 6 de noviembre. El tren partió el 26 de septiembre de Hamburgo, atravesó Polonia, Bielorrusia y Rusia, y entró en China por el puerto de Manzhouli.
El viaje de 40 días fue testigo de un turbulento mes de octubre para China y Alemania. Tras la adquisición por COSCO de acciones minoritarias de la terminal de contenedores Tollerort, Olaf Scholz, canciller alemán, visitó China para hablar de la amistad entre ambos países. La exposición que siguió trajo un poco de estabilidad.
Una celebración de las relaciones ferroviarias chino-alemanas
Según la agencia de noticias Xinhua, hay 14 contenedores de 40 pies en el tren que llega a Shanghai trayendo los artículos de la exposición a la CIIE. Los artículos incluyen principalmente piezas de automóviles, componentes mecánicos y artículos de limpieza.
Este año coincide con el 50 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre China y Alemania. También es el quinto año consecutivo en que Alemania es uno de los expositores extranjeros de la CIIE. Por segundo año consecutivo, los artículos llegaron a Shanghai en tren desde Hamburgo.
No sólo el gobierno: Las empresas alemanas también se interesan por China
En vísperas de la CIIE, Scholz visitó China durante 11 intensas horas, bajo la presión de la opinión pública nacional. Estuvo acompañado por líderes empresariales alemanes, entre ellos directores generales de empresas alemanas como Adidas, Deutsche Bank, Siemens, BioNTech y Volkswagen.
El resto del mundo está muy interesado en el momento del viaje de Scholz. Hace una semana, el gobierno federal alemán acababa de anunciar que permitiría al Grupo COSCO adquirir una participación del 24,9% en una terminal del puerto de Hamburgo. Por tanto, inevitablemente se especuló con que el viaje de Scholz era una muestra de afecto a China.
Especialmente en el contexto de la crisis energética y la inflación provocadas por la guerra de Ucrania, se espera que esto fomente el comercio entre ambos países. Justo después de la visita de Scholz a Shanghai, China y Alemania anunciaron que acelerarían la aprobación de la entrada de BioNTech en China y firmaron un pedido de Airbus por valor de 17.000 millones de euros.
«En última instancia, el mundo necesita a China».
Tras la visita a China, Scholz publicó un artículo en la web oficial del gobierno federal alemán sobre la posición de China como socio, competidor y rival. «Debemos abordar esta cuestión aceptando la competencia y tomándonos en serio las consecuencias de esta rivalidad sistémica y tenerlas en cuenta en la elaboración de nuestras políticas. Al mismo tiempo, debemos explorar dónde la cooperación sigue siendo de interés mutuo. En última instancia, el mundo necesita a China».
La preferencia de Alemania por la inversión china ya no es noticia. Por ejemplo, el gigante químico alemán BASF anunció en julio que invertirá en una nueva fábrica por valor de 10.000 millones de euros en China. Además, Aldi tiene previsto abrir cientos de nuevas tiendas en China. Siemens planea ampliar su sector de industria digital en China.
Este artículo se publicó originalmente en nuestra publicación hermana china, RailFreight.cn
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