España puede mejorar en transporte de mercancías por ferrocarril, según una asociación de transportistas
España no aprovecha todo el potencial del transporte de mercancías por ferrocarril. A pesar de contar con infraestructuras suficientes, su cuota en el mercado del transporte de mercancías sigue siendo bastante baja y podría crecer más. ¿Qué factores impiden una mayor expansión y qué soluciones puede aplicar el país?
La Asociación Española de Transporte (AET) ha realizado un estudio con motivo del Año Europeo del Ferrocarril y ha llegado a la conclusión de que España se está quedando atrás a la hora de explotar todo su potencial de transporte de mercancías por ferrocarril. El estudio se titula «Reducción de costes en el transporte de mercancías por ferrocarril» y sostiene que empresas y autoridades deben cooperar y crear una hoja de ruta para impulsar el transporte de mercancías por ferrocarril en la cadena logística ibérica.
Según algunas conclusiones, España ocupa la penúltima posición de los países europeos que utilizan el transporte de mercancías por ferrocarril. Cuando se trata de volúmenes transportados por ferrocarril, España sólo tiene un cinco por ciento de toneladas por kilómetro en trenes. Los números de 2019 son indicativos de la situación. En concreto, de los 87 millones de toneladas del tráfico internacional de España en 2019, solo 4,5 se transportaron por ferrocarril.
Puntos problemáticos
La AET identificó algunas tendencias en el mercado español del transporte que plantean problemas al crecimiento del transporte de mercancías por ferrocarril. Por ejemplo, no hay igualdad de condiciones entre el transporte por carretera y el ferroviario en cuanto a las ofertas de precios y los costes externos pagados. Si la situación persiste, no tiene sentido presentar el ferrocarril como el modo de transporte más sostenible sin crear las condiciones de crecimiento adecuadas. Además, en los últimos años el Gobierno ha prestado más atención al desarrollo de líneas de alta velocidad y ha dado prioridad al transporte de pasajeros sobre el de mercancías. Esto tendrá que cambiar y centrarse en ambos sectores por igual.
Por otra parte, el fomento de la intermodalidad es también un campo en el que España no es competitiva en absoluto. «La ausencia de una oferta intermodal multicliente que facilite a las empresas de transporte por carretera un fácil acceso al ferrocarril es una de las principales causas de que el transporte ferroviario español de mercancías esté poco desarrollado», subraya la AET. Por último, la dependencia política del sector público también frena notablemente las cosas.
La «comodalidad» como solución
«El Gobierno tiene que reducir los costes del transporte ferroviario de mercancías de forma inmediata», subraya la AET. Una interesante propuesta de la asociación pide la creación de una unidad de comodalidad/intermodalidad dentro del Ministerio de Transportes español. Esta unidad trabajará exclusivamente en la promoción de soluciones de transporte intermodal, creando incentivos para que las empresas pasen de la carretera al ferrocarril y acelerando la construcción de autopistas ferroviarias para servicios multicliente.
Como complemento a esta solución, AET propuso que ADIF también avanzara en la misma dirección. En concreto, solicitó que la empresa estatal de infraestructuras aportara fondos suficientes para mejorar la infraestructura intermodal española. La atención debería centrarse en las terminales intermodales, las terminales fronterizas, el gálibo mínimo para semirremolques P-400 y las vías incompatibles para trenes de mercancías. Además, debería aumentarse el peso máximo por eje para que los trenes más pesados puedan circular por las vías. Actualmente, la normativa permite 22,5 toneladas por eje.
En conclusión, la AET pide algo que podría ser evidente según la normativa de la UE. Insta a España a que aproveche las normas verdes europeas que promueven la sostenibilidad y permiten que el transporte ferroviario de mercancías se convierta en el buque insignia del país en la transición verde. Ahora que nos acercamos al final del Año Europeo del Ferrocarril y que la Unión Europea ha clarificado el papel del ferrocarril para la movilidad verde, tomar las medidas necesarias podría ayudar a España a transformar la Península Ibérica en la «plataforma logística de Europa».
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