¿Podría Egipto construir una alternativa ferroviaria a Suez?

El bloqueo del Canal de Suez a finales de marzo, en el que se vio implicado el portacontenedores Evergreen, consiguió dos cosas importantes. En primer lugar, perturbó la cadena mundial de suministro y, en segundo lugar, sacó a la superficie una cuestión interesante: la de una alternativa ferroviaria al concurrido Canal de Suez. La línea de ferrocarril de alta velocidad en Egipto que conecta Al Sokhna con El Alamein y, respectivamente, el Mar Rojo con el Mediterráneo volvió a ser noticia, prometiendo ganancias sustanciales.

El enlace ferroviario Al Sokhna-El Alamein lleva mucho tiempo en proyecto. En septiembre de 2020, un consorcio egipcio-chino formado por múltiples empresas se adjudicó la licitación de la construcción. Más concretamente, las empresas que componían el consorcio eran, entre otras, Samscrete Engineers & Contractors (SE&C), la Organización Árabe para la Industrialización (AOI), la China Civil Engineering Construction Corporation (CCECC), la China Railway Construction Corporation (CRCC) y Siemens Mobility.

La conexión de Al Sokhna con El Alamein constituye un megaproyecto que afectará tanto al transporte de pasajeros como al de mercancías. Sin embargo, tras el incidente de Suez, saltó a las noticias como un proyecto específico que tomará el relevo del transporte marítimo a través del canal y contribuirá no sólo en periodos de crisis, sino también como una buena alternativa al transporte marítimo tradicional euroasiático.

Del Mar Rojo al Mediterráneo

Sin embargo, es poco probable que el proyecto revolucione el transporte en torno al Canal de Suez. Por el contrario, facilitará principalmente el tráfico de pasajeros en el contexto de un programa más amplio de inversión y desarrollo en el país norteafricano. Por supuesto, el tráfico de mercancías se beneficiará de él, pero utilizarlo como sustituto del Canal de Suez no era un requisito previo para que el proyecto despegara, sino sólo una parte de él.

Vista aérea del puerto de Al Sokhna

El proyecto en sí pretende construir una línea ferroviaria de 534 kilómetros de longitud que conecte el puerto de Al Sokhna, en el Mar Rojo, con El Alamein, y cuyos trenes pasen también por la nueva capital de Egipto, Seis de Octubre, Borg Al-Arab y Alejandría. La inversión global costará nueve mil millones de dólares. Al mismo tiempo, el proyecto se califica como la mayor y más larga línea ferroviaria de Oriente Próximo y la empresa más importante de Egipto relacionada con el ferrocarril desde 1854. Los trenes que utilicen esta línea podrán alcanzar velocidades de hasta 250 kilómetros por hora.

Además, como parte de la planificación global, las empresas chinas implicadas cooperarán con la Compañía Nacional Egipcia de la Industria Ferroviaria (NERIC) para fabricar conjuntamente vagones de tren en la Zona Industrial de Port Said Este.

Un nuevo Canal de Suez

El director general de SE&C, Sherif Nazmy, había declarado a los medios de comunicación egipcios que el proyecto ferroviario podría funcionar como un Canal de Suez interior con un tiempo de tránsito de sólo tres horas. De hecho, conectar dos mares diferentes por ferrocarril podría desempeñar un papel importante en el transporte de mercancías. Sin embargo, ¿es realista hablar de una alternativa ferroviaria a Suez y, en caso afirmativo, en qué términos?

Empecemos por analizar los aspectos técnicos del transporte en la región. El portacontenedores Evergreen transportaba más de 18.000 contenedores cuando quedó varado en el canal. Para transportar la carga de un buque así por ferrocarril, se necesitaría una cantidad bastante importante de trenes. Sin embargo, esto no es imprescindible. La media de los buques que pasan por Suez transportan unos 1.500 contenedores, una cantidad mucho más fácil de manejar por ferrocarril, siempre teniendo en cuenta el uso de infraestructuras suficientes y la puntualidad y frecuencia de los horarios.

Sin embargo, es casi imposible y bastante inviable suponer que todo un buque de carga será sustituido por varios trenes de mercancías y argumentar que esta solución podría ser eficiente. Esto se debe a que los cargadores y las empresas logísticas también tienen que calcular el tiempo total empleado en los procedimientos de transbordo y carga y descarga. Si la línea Al Sokhna-El Alamein tarda tres horas en un viaje completo, todos estos procedimientos sumarían tiempo extra. Teniendo en cuenta también las paradas intermedias, entonces todo el proceso desde el Mar Rojo hasta el Mediterráneo llevaría mucho más tiempo que la estimación inicial. Aún así, hay que comprobar en la práctica si podría ser más rápido que el viaje de 12 horas de un barco para cruzar el Suez.

La línea de ferrocarril Al Sokhna-El Alamein
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Servicio gratuito

Además de todo lo anterior, según los coordinadores del proyecto, el Canal de Suez interior podría absorber como máximo hasta un 5% de los volúmenes de su homólogo marítimo. Esto significa que no podría desplazar significativamente mucha carga del mar a tierra ni funcionar como alternativa competitiva.

Sin embargo, existen otras posibilidades. Por ejemplo, una conexión ferroviaria activa y fiable en la región podría facilitar la cadena de suministro mundial en casos de emergencia similares al de marzo. Además, podría desempeñar un papel en los servicios dedicados urgentes que antes no formaban parte de los horarios. Por último, una medida inteligente sería centrarse en el transporte de productos específicos. El transporte marítimo euroasiático se encarga del transporte de varias mercancías, muchas de las cuales son sensibles y requieren gastos adicionales para viajar. Al ofrecerles una alternativa que posiblemente tarde menos en llegar al Mediterráneo, estas mercancías podrían optar por el transbordo al ferrocarril como parte de su ruta de forma barata y controlada.

Pero en caso de que todo lo anterior fracase, el proyecto seguirá siendo de gran importancia tanto para Egipto como para el norte de África. Se trata, en efecto, de una mejora para Egipto en términos de infraestructuras y servicios ferroviarios, que pasarán a ser supuestamente más rápidos. Además, conectará importantes centros económicos y dos cuencas marítimas que rebosan de actividades comerciales. El proyecto ferroviario Al Sokhna-El Alamein podría convertirse en un catalizador para el transporte de mercancías por ferrocarril en África y es de esperar que también desempeñe un papel en el transporte euroasiático.

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Este artículo ha sido traducido automáticamente del original en inglés al español.

Autor/a Nikos Papatolios

Fuente: RailFreight.com