El acuerdo sobre inspección de trenes de mercancías da sus frutos a LOTOS
Ahorrar tiempo en los trámites fronterizos, como los controles de seguridad, constituye uno de los principales objetivos del sector del transporte ferroviario de mercancías. Puede reportar múltiples beneficios, como tiempos de tránsito más rápidos, simplificación de procesos y mejor planificación de los viajes. Muchas empresas siguen luchando en este sentido; sin embargo, LOTOS Kolej es el vivo ejemplo de cómo la participación en iniciativas como el Acuerdo sobre Inspección de la Transferencia de Trenes de Mercancías puede redundar en beneficio de un transportista ferroviario.
LOTOS Kolej es un transportista de mercancías que presta servicios intermodales transfronterizos en las fronteras polaco-checas en dirección a Rusia. A principios de 2020, se adhirió al Acuerdo de Inspección de Transferencia de Trenes de Mercancías (ATTI) de la UIC (Unión Internacional de Ferrocarriles), cuyo objetivo es establecer las normas para la transferencia de trenes entre transportistas en el tráfico internacional. Casi un año después, la empresa polaca recoge los frutos de esta decisión.
Tras adherirse a la asociación ATTI, el transportista de mercancías por ferrocarril firmó un acuerdo de cooperación con Rail Cargo Carrier-Czech Republic s.r.o, filial de Rail Cargo Group, el 1 de julio de 2020. Su objetivo era reducir las paradas de tren en la ruta entre Žilina (Eslovaquia) y Żeleznodorożnyj, en el oblast de Kaliningrado. Además, las dos empresas se propusieron mejorar los flujos de tráfico en el paso fronterizo de Bohumin / Petrovice, en la República Checa.
Éxito de la prueba
Varios meses después de unirse a la asociación ATTI, LOTOS aplicó los requisitos contractuales firmados con Rail Cargo Carrier-República Checa, y el tráfico transfronterizo se realizó con procesos de aceptación reducidos.
En cuanto a los procesos de control, ahora son mucho más sencillos: para un tren de 600 metros de largo y 24 vagones, el auditor sigue una prueba abreviada, no tan detallada pero que respeta las reglas y normas de seguridad.
En total, el proceso simplificado ahorra hasta dos horas de espera en las fronteras. Los tiempos reducidos, como es lógico, se traducen en más beneficios derivados de la eficacia y la calidad de los servicios.
Además, también se facilita la planificación exacta de las horas de trabajo del conductor y los auditores, mientras que los gestores de infraestructuras se benefician al evitar congestiones en los pasos fronterizos. Todo lo anterior ocurre con sólo ahorrar dos horas de controles fronterizos. Es fácilmente comprensible que si todos los países y compañías ferroviarias se unen y aplican las mismas normas de cruce de fronteras, el tráfico ferroviario de mercancías en Europa fluirá de forma mucho más fluida. Se trata de una excelente iniciativa con un gran potencial que, esperemos, reciba más atención en el futuro.