Clemens Först: 2021 será el año del renacimiento del ferrocarril
¿Cómo gestiona una empresa ferroviaria la crisis actual? ¿Y cómo puede el transporte ferroviario de mercancías alcanzar el siguiente nivel de desarrollo convirtiéndose en el modo de transporte del futuro? Equilibrarse en condiciones extremas sin perder el enfoque multifacético y mejorar en un ámbito personal y colectivo son los elementos clave que definen el éxito para el CEO de Rail Cargo Group, Clemens Fõrst. Compartió estas ideas en una entrevista exclusiva para RailFreight Live.
Convertirse en la columna vertebral de la logística sostenible para la economía europea sigue siendo el valor central y la declaración de visión de RailCargoGroup (RCG). Sin embargo, cuando se refiere a la «columna vertebral de la logística», Först no limita sus aspiraciones únicamente a la empresa que dirige. Al contrario, imagina un transporte ferroviario de mercancías europeo robusto que cumpla sus objetivos y llegue más lejos.
En la cuerda floja
La pandemia de Covid-19 ha beneficiado sin duda al transporte ferroviario de mercancías de muchas maneras. Aparte de mover una parte considerable de la carga por las vías debido a la incapacidad de otros modos de transporte para operar, la crisis también ha demostrado que el ferrocarril puede ser lo suficientemente fiable y eficiente como para atraer la atención del cargador.
Por supuesto, los operadores ferroviarios también han tenido que lidiar con un montón de problemas durante este periodo sin precedentes. La imprevisibilidad de la planificación de los viajes, las restricciones a los desplazamientos por los cierres regionales y la congestión de los pasos fronterizos por el inmenso tráfico de mercancías fueron algunos de sus principales problemas. Sin embargo, con el paso del tiempo, el sector ferroviario empezó a darse cuenta de que esta crisis no duraría para siempre. En consecuencia, encontrar la fina línea entre este «modo de supervivencia a corto plazo de la crisis y seguir dedicando suficientes recursos a los proyectos más importantes a medio y largo plazo» resultó ser fundamental.
Este «equilibrio» es lo que Först identifica como la tarea más difícil para él y la RCG en la actualidad. En su opinión, los operadores ferroviarios no deben dedicarse únicamente a resolver problemas temporales. Por el contrario, también deben centrarse e invertir en el futuro, ya que el día en que se acabe la pandemia no está lejos. Será entonces cuando el sector ferroviario tendrá que demostrar que está presente y preparado para acometer la tarea de transportar grandes volúmenes de carga.
2021 es el año del cambio
Otro hecho beneficioso de la pandemia es que demostró «la relevancia sistemática del ferrocarril durante la crisis», dijo Först. Junto con el cambio climático, podría convertirse en un argumento más en la agenda ferroviaria. Tras la crisis, 2021 podría convertirse en «el año del renacimiento del ferrocarril, ya que ahora el sector cuenta con todas las piezas del puzzle para hacer realidad el cambio», añadió.
En concreto, vemos una firme convicción política tanto a nivel europeo como nacional para apoyar un mayor desarrollo del ferrocarril y disfrutar de los beneficios medioambientales que ofrece. Pero lo más importante es que el sector ferroviario recupera la confianza de clientes y transportistas. Además, los cargadores empiezan a darse cuenta más que nunca del valor del transporte sostenible. «El tema de las emisiones ha cambiado radicalmente. Aún no hemos llegado a un punto en el que los cargadores estén dispuestos a pagar un precio superior por el transporte ecológico, pero se lo están planteando seriamente de la misma manera que se plantean tolerar la complejidad del transporte multimodal», comenta Först.
Tres pilares del éxito
Cuando se habla de los objetivos para 2030 de que el ferrocarril alcance el 30% de la cuota de mercado del transporte, Först cree firmemente que el sector tendrá éxito en este empeño. «Todas las partes implicadas en el ferrocarril trabajan duro en esta dirección», afirma. Este objetivo del 30% es una cifra que el transporte ferroviario ya experimenta en Austria, mientras que la cuota del ferrocarril es aún mayor en Suiza. Por consiguiente, fijar y alcanzar tales objetivos no es en absoluto irrealista.
No obstante, Först se planteó una cuestión fundamental sobre la forma correcta de alcanzar este objetivo. Como resultado, identificó tres pilares que pueden llevar al ferrocarril al éxito: el primero se refiere a la necesidad de que las empresas ferroviarias hagan sus deberes. Dicho esto, las empresas ferroviarias tienen que adaptarse a las diversas condiciones, aprender de sus errores y utilizar la retroalimentación y la experiencia del cliente en su beneficio.
El segundo pilar se refiere a las infraestructuras de alto rendimiento. La infraestructura ferroviaria europea es excepcionalmente compleja y segmentada, y los gestores de infraestructuras de los distintos países tendrán que sentarse juntos y crear una red ferroviaria modernizada y fácil de navegar, que permita al transporte de mercancías por ferrocarril alcanzar sus máximos niveles de eficiencia. Por último, el sector ferroviario necesitará garantías de unas condiciones económicas y de competencia justas frente al transporte por carretera. La creación de unas condiciones equitativas para el transporte de mercancías por ferrocarril es fundamental en términos de crecimiento. Al fin y al cabo, no se trata sólo del ferrocarril, sino del objetivo mayor de un transporte sostenible y sin emisiones que transformará Europa.
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