¿Está la HS2 en peligro por el coronavirus?
Se ha desestimado una demanda judicial por motivos medioambientales, pero ha surgido un nuevo desafío a la viabilidad del proyecto HS2. Las dudas sobre la demanda futura podrían negar la necesidad de una nueva línea ferroviaria entre Londres y Birmingham, afirma un crítico. Liberar capacidad en la red para servicios de mercancías y pasajeros regionales podría no ser necesario. Se teme que la reducción de la demanda haga irrelevantes los aumentos de capacidad e insostenibles los grandes proyectos de infraestructura.
Chris Packham, defensor del medio ambiente y presentador de los medios de comunicación, había interpuesto un recurso de revisión judicial contra la decisión del Primer Ministro, Boris Johnson, de seguir adelante con la HS2. Sin embargo, en una sesión del Tribunal Superior, un grupo de jueces desestimó la demanda. Packham pretendía paralizar las obras por motivos medioambientales, alegando que se causarían daños irreparables a hábitats naturales únicos. El recurso se apoyaba en declaraciones de testigos de varios organismos de conservación independientes.
Las obras continúan y se estudia un recurso
El proceso legal en Inglaterra, donde se juzgó el caso, permite la apelación estatutaria ante el Tribunal de Apelación competente, y potencialmente ante el Tribunal Supremo, que es el árbitro final. Sin embargo, los representantes legales de Packham se reservan cualquier comentario hasta que se publique el fallo del tribunal la semana que viene.
Continúan los trabajos en varias obras clave relacionadas con la HS2. En particular, el desmantelamiento controlado de dos bloques de oficinas de los años sesenta en el centro de Londres. Este proyecto forma parte de la remodelación de la estación de Euston, que será la terminal sur de la línea.
Desarrollo en curso
En Old Oak Common, al oeste de Londres, también se están llevando a cabo obras de gran envergadura, el mayor proyecto individual hasta la fecha. También están en marcha las obras de Birmingham Interchange, junto a la actual estación internacional de Birmingham y el nuevo Hospital Nightingale, construido en el complejo del Centro Nacional de Exposiciones, para acoger a pacientes con coronavirus.
En el centro de Birmingham, el solar abandonado de la estación de Curzon Street ya se está preparando para la HS2, y recientemente fue noticia al descubrirse durante las obras un importante yacimiento arqueológico industrial.
Carta al Primer Ministro
Por otra parte, el que fuera copresidente del informe sobre el proyecto HS2, Lord Tony Berkeley, ha escrito al Primer Ministro. En ella insta a dar marcha atrás en el proyecto, debido a los efectos a largo plazo de la crisis del coronavirus. Afirma que la demanda de viajes de negocios de larga distancia se reducirá en los próximos años, ya que el virus obliga a muchas personas a trabajar a distancia. Por lo tanto, sostiene que la HS2 no será necesaria, ya que se reducirá la presión sobre la red.
Lord Berkeley, que ha escrito al Primer Ministro, es un conocido crítico del proyecto HS2 y renunció a su puesto en el informe por un desacuerdo fundamental con su presidente y colega Lord Douglas Oakervee.
En la carta, Lord Berkeley argumenta que en el mundo tan cambiado al que nos enfrentamos tras el coronavirus, el presupuesto para HS2 estaría mejor asignado a proyectos de mejora, como la recepción del congestionado corredor de Castlefield en Manchester.
Declaración del Departamento de Transportes
Un portavoz del Departamento de Transportes, al comentar la decisión del tribunal de Packham, también tuvo relevancia para la carta de Berkley. «Aunque nuestra prioridad actual es combatir la propagación del coronavirus, debemos seguir trabajando para nivelar el país», afirmaron. «HS2 será crucial para esa ambición, impulsando la capacidad y la conectividad en toda nuestra red ferroviaria. Hemos encargado a HS2 Ltd la realización de uno de los proyectos de infraestructuras más respetuosos con el medio ambiente del Reino Unido».
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La semana pasada, fuentes gubernamentales reafirmaron su compromiso de desarrollar la red ferroviaria británica para aumentar la capacidad global, tanto para el tráfico de pasajeros como de mercancías. La declaración de la semana pasada hacía hincapié en el cambio modal por motivos medioambientales y en una mayor dependencia de las mercancías transportadas por ferrocarril como medio de crecimiento sostenible de la economía.
Impacto medioambiental global
Dado que en la actualidad los ferrocarriles sólo transportan una parte del tráfico total de pasajeros y mercancías, cualquier cambio modal significativo aumentará radicalmente la demanda de la red. Aunque el argumento de Lord Berkeley pueda tener razón en los próximos años, cualquier disminución de los desplazamientos se verá compensada con creces por el abandono de otros modos de transporte.
Aunque no se aplaque a los organismos de conservación de la naturaleza que abogan por proteger los hábitats en la fase de construcción, el impacto medioambiental a largo plazo bien podría ser positivo, con o sin HS2.