La finalización de la red básica de la RTE-T no será posible sin la ayuda de la UE

Los grandes retos de la red de infraestructuras de la RTE-T solo pueden afrontarse con una buena combinación de financiación e instrumentos financieros. Los años 2016 y 2017 fueron fructíferos en ese sentido, afirma el informe de situación sobre los trabajos de implantación de la red transeuropea de transporte (RTE-T). La red básica de transporte de Europa debería estar completa en 2030, aunque aún quedan muchos proyectos pendientes.

En los años 2016 y 2017, la RTE-T recibió una mayor financiación del Mecanismo «Conectar Europa» (MCE), así como de otros medios de la UE. Sin duda, esto ha contribuido al éxito de la implantación de la red RTE-T hasta la fecha, sugiere el informe. Actualmente, la ejecución cumple entre el 81% y el 100% de los requisitos del Reglamento, un conjunto de normas que definen lo que hay que hacer.

No siempre la realidad

Sin embargo, estos porcentajes de cumplimiento no siempre reflejan plenamente la realidad en términos de calidad o funcionalidad operativa de la red de transporte, concluye también el informe. «De hecho, este análisis debe situarse en el contexto de unas normas técnicas de la RTE-T parcialmente limitadas en comparación con las necesidades reales sobre el terreno. Por lo tanto, es posible que estas normas deban especificarse y desarrollarse más en la próxima revisión del Reglamento RTE-T para captar mejor los potenciales y limitaciones reales de la red».

También ofrece un ejemplo concreto. Aunque ya se cumple en gran medida en lo que respecta a la electrificación (89%), el ancho de vía (86%), la velocidad de las líneas de mercancías (86%) y la carga por eje de las mercancías (81%), aún no ocurre lo mismo en lo que se refiere a la longitud de los trenes de mercancías (43%) y, sobre todo, al despliegue del ERTMS (11%). «Estos aspectos siguen estando rezagados. Una línea puede ser apta para trenes de 740 m de longitud, pero no tiene suficientes apartaderos para garantizar la plena interoperabilidad en la práctica».

También son reveladores los niveles de cumplimiento en determinados países. Tomemos como ejemplo la velocidad de las líneas de mercancías, cuyo parámetro es de 100 km/h. El cumplimiento de este requisito ya se situaba en un elevado 86% según los datos de 2017. Pero este no es el caso en los países bálticos, Polonia y Bulgaria. Por ejemplo, en Polonia, la velocidad media de un tren intermodal es de 31,7 km/h, y la de un tren de mercancías convencional, de 25,5 km/h.

Corredor Norte-Mar Báltico

Un buen vistazo en la cocina es el nuevo plan de trabajo para el Corredor Báltico Norte-Mar. Recién salido de la prensa, fue presentado en la Cumbre RailFreight de Poznan por Izabela Kaczmarzyk, consultora del corredor que atraviesa Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, Alemania, Países Bajos y Bélgica.

En la tramitación de este corredor hay 657 proyectos (a octubre de 2019) por valor de 110.000 millones de euros. Estos incluyen 68 «proyectos adicionales» por un importe estimado de 488 millones de euros para lograr el cumplimiento de los requisitos de la RTE-T. «Esto se refiere principalmente a los combustibles limpios, la altura de los puentes, la longitud de los trenes de 740 m, la accesibilidad de las terminales y la velocidad de línea de 100 km/h para los trenes en las líneas de mercancías». Está previsto realizar 337 proyectos de aquí a 2030 y 152 proyectos por un valor total de 39 000 millones de euros contribuyen al cumplimiento del Reglamento RTE-T», explicó.

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Proyectos del Corredor Norte-Mar Báltico

¿Y ahora qué?

El informe de situación se elabora cada dos años y, aunque está desfasado en el momento de su publicación, da una clara indicación del nivel de ejecución. Mientras tanto, se está trabajando en la revisión del actual Reglamento RTE-T. El informe de situación y los respectivos planes de trabajo de cada uno de los corredores contribuyen a dar forma a este reglamento revisado. En 2021 se presentará una posible propuesta de revisión. Esto es necesario porque, como explicó en junio la Comisaria de Transportes de la UE, Adina Vălean, los nuevos avances no previstos cuando se elaboró el Reglamento exigen actualizar algunas características de la red.

«El diseño de la red básica, estratégicamente la parte más importante de la RTE-T, se mantendrá tal cual. No buscamos una revolución y ya hemos avanzado mucho. Sin embargo, algunos proyectos sufren retrasos y corren el riesgo de no alcanzar el objetivo de finalización para 2030. Ampliar este plazo no es una opción. Reducir la ambición tampoco.

«La única manera de avanzar es, por el contrario, reforzar el carácter obligatorio de las obligaciones de los Estados miembros y reforzar los instrumentos a escala de la UE y la gobernanza de la red, que cada día se revela más importante», concluye.

Este artículo ha sido traducido automáticamente del original en inglés al español.

Autor/a Majorie van Leijen

Fuente: RailFreight.com